Oscuridad desde las estrellas

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Esta revelación cayó como balde de agua helada, aunque, a ser honesto, no era algo que debería sorprendernos tanto. Quizá es porque ahora estábamos frente a una situación mil veces más peligrosa de lo que hubiéramos imaginado. Pero, si es el MIT, ¿por qué simplemente no nos han asesinado aún?
Un estruendo proveniente del cielo nocturno llamó mi atención. Al levantar la mirada observé una gran nave en color negra, que comenzó a liberar una estela de oscuridad aterradora. En cuestión de segundos, no vi nada, y comenzaba a perder consciencia de lo que pasaba a mi alrededor.

—¡Sam! ¡Mich! Grité con desesperación, pero no había respuesta de ninguno de los 2.
Lentamente sentí como mis fuerzas abandonaban mi cuerpo. Al caer al suelo, solo veía como una ráfaga de luces azules surcaban la obscuridad casi total que yacía sobre nosotros. Un humo espeso y denso entraba por mi nariz, y podía sentir como recorría mi cuerpo por completo.
No pude más, y caí rendido al cansancio y agotamiento repentino que me embargaba.

No se cuanto tiempo había pasado, pero al abrir los ojos, vi sobre mi una clase de capa de energía verdosa, o algo así. Giré mi mirada a los lados, y pude ver a mis 2 amigos, tendidos en el suelo como yo. Estábamos rodeados por un campo de energía en color verde, al seguir inspeccionando el lugar, vi a Mark quien era el que generó un campo de energía alrededor de los 3. Sonreí, y le di la indicación de que se detuviera.
El cerró el hocico, y el campo se disolvió rápidamente.
Como pude, me levanté y fui a ver a Sam, quien al igual que yo, comenzaba a recobrar conciencia lentamente.

—Sam, ¿estás bien? —le pregunté, extendiendo una mano para ayudarla a levantarse. Ella asintió con la cabeza, pero su expresión estaba llena de confusión y miedo. Michael también comenzaba a despertar, su mirada se encontraba con la nuestra mientras trataba de entender lo que acababa de suceder.
—Esa nave... —dijo con voz ronca, señalando hacia el cielo. Pero al mirar arriba, solo vimos la tranquilidad de la noche. La nave se había ido, dejándonos con más preguntas que respuestas.
Al mirar alrededor, los hombres tampoco estaban.
Mark hace un gruñido para llamar nuestra atención, y cuando los 3 miramos hacia el, este de sus ojos despliega un holograma en video de los minutos anteriores.
Nos vemos Sam, Michael y yo, en el interrogatorio; luego una gran nave negra se posa sobre nosotros, desplegando una estela de humo negro. Los hombres se levantan, rápidamente y de alguna manera suben a esa nave por medio de algún mecanismo que no se logra apreciar por el humo.
Se ve como Mark nos cubre con ese campo de energía, mientras los 3 nos desplomamos en el suelo. Tras pasar unos segundos, la nave se aleja. Dejando todo tal cual estaba antes de que llegaran los intrusos.
El silencio cayó sobre nosotros mientras veíamos la grabación de Mark, la incomprensión y la incredulidad se podían leer claramente en nuestros rostros. Una vez terminado el video, nos quedamos mirándonos, como si esperáramos que alguno de nosotros tuviera una explicación.
—¿Qué demonios acaba de pasar? —exclamó Michael, rompiendo el silencio. Su rostro pálido mostraba cuán impactado estaba. Sam se limitó a asentir, parecía demasiado aturdida para hablar.
Volví a mirar el lugar donde los hombres habían estado hace un rato. Ahora estaba vacío, y solo quedaba la huella de nuestra pelea. No sabíamos quiénes eran, y menos aún, por qué el departamento de rectoría del MIT estaría tras nosotros. Pero, una cosa estaba clara: esto estaba lejos de terminar.
Me tallé las cienes con los puños en signo de confusión. ¿qué demonios está pasando? ¿Qué es eso tan misterioso que ocultan y por lo cual persiguen a Sam como si no hubiera un mañana?
Los 3 nos pusimos de pie, y entramos a la casa, junto con Mark mientras cada uno reflexionaba en lo que estaba ocurriendo.
—Bueno, chicos. Creo que es mejor descansar. Mañana no tenemos clases, entonces podemos dedicar mucho tiempo a la investigación, pero también… tenemos exámenes en no mucho.
—Bueno, yo dormiré en el sofá, dijo Michael. —Mañana los quiero a los 2 despiertos a las 5, ¡que tenemos mucho que hacer! Añadió, mientras le dirigió una llamada inquisitiva a Samantha, quien lo miró con rostro preocupado.
—¡Bueno, a dormir! Terminó mientras daba unos aplausos de orden.

Los 3 nos fuimos a intentar descansar lo más que nos fue posible, eran las 12:30, mucho no iba a ser…

La prueba de amor de turing.Where stories live. Discover now