Bajo la luz de la luna

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Después de nuestra conversación en el bosque, Sam y yo volvimos a la construcción, nuestros pasos resonando en la tranquilidad del bosque. La promesa que le hice a Sam aún resonaba en mi cabeza. "Encontraremos a Katerine", repetía una y otra vez. Llegando al lugar, el paisaje de robots trabajando incansablemente en la estructura de nuestra futura base de operaciones nos recibió. Mirando a mi alrededor, me llené de una nueva determinación. Tendríamos que estar listos para cualquier cosa que nos lanzara la universidad, y yo haría todo lo posible para proteger a los míos. En ese momento, un sonido proveniente de mi celular me sacó de mis pensamientos. Al revisarlo, una notificación de un correo desconocido me dejó helado. “Tenemos que hablar de tu pasado, Lucas” decía el asunto.
Sentí que el corazón me daba un salto mientras leía el correo. La luz de la pantalla iluminó mi rostro en la oscuridad de la noche que comenzaba a caer, las palabras formándose en la pantalla me llenaban de un miedo sordo.
“Lucas. Sabemos que estás con Samantha. Por tu bien y el suyo, es mejor que la entregues. Estás jugando con fuego al inmiscuirte en asuntos que están más allá de tu comprensión.”
El correo continuaba, el tono amenazante se intensificaba con cada palabra. “Nuestros planes son demasiado importantes para que una estudiante de segundo año y sus amigos los frustren. No entiendes lo que está en juego aquí.”
En ese instante, el peso de nuestras acciones se hizo palpable. El MIT, la universidad que debería ser nuestro refugio de conocimiento ahora era un peligro. Y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para detenernos, incluso amenazar a Sam.
“El trabajo en el que nuestra organización se ha estado centrando es de vital importancia, no es un juego. Los avances que estamos logrando no son para ser tomados a la ligera.”
El mensaje continuaba, causando que un escalofrío recorriera mi espina dorsal. “Estamos cerca de completar un proyecto que cambiará la realidad tal como la conocemos. Los límites del tiempo y el espacio pronto podrán ser trascendidos.”
El correo finalizaba con una última advertencia. "Entrega a Sam y todo esto puede terminar. Haces bien en temer, Lucas. De lo contrario, prepárate para enfrentar las consecuencias."
Un frío temor se apoderó de mí mientras la pantalla del teléfono se oscurecía. Estábamos atrapados en un juego mucho más grande de lo que alguna vez imaginé, y la vida de Sam estaba en la línea. No sabía cómo, pero tenía que protegerla. No podía, no dejaría que le hicieran daño. Sin importar lo que la universidad estuviera planeando, no dejaría que nos destruyeran.
Guardé mi celular y comencé a observar la obra de nuestro refugio a la luz de la luna con muchos pensamientos en la cabeza.

La escena ante mí era un ballet de luces y sombras. Los robots, diseñados y construidos por Michael, parecían tener una vida propia bajo el cielo nocturno. Sus formas metálicas se movían con una gracia asombrosa, a pesar de su apariencia tosca y mecánica. Sus tareas estaban claramente definidas y ejecutaban cada una con precisión quirúrgica. Los robots más robustos levantaban pesadas vigas de acero como si fueran de papel, mientras los más ágiles y ligeros se movían rápidamente para asegurarlas en su lugar.
El edificio que se levantaba ante mí era una maravilla de la arquitectura moderna. Los cimientos ya estaban asentados, y las estructuras de soporte del edificio se alzaban como esqueletos de acero hacia el cielo. Podía ver cómo las salas comenzaban a tomar forma, sus líneas limpias y modernas se destacaban en contraste con la naturaleza circundante.
Varios robots estaban trabajando en la construcción de las paredes exteriores, sus brazos mecánicos se movían con una precisión asombrosa. Otros estaban ensamblando grandes ventanales, permitiendo que la luz de la luna inundara las habitaciones. Algunos más pequeños estaban trabajando en el interior, instalando el cableado y la plomería necesarios.
Incluso en esta etapa temprana, podía ver cómo se estaban diseñando las diferentes áreas del edificio. Una zona parecía destinada a ser un laboratorio, equipado con todo lo necesario para la investigación y el desarrollo. Otra área parecía ser un lugar de descanso, con espacio suficiente para acomodar camas y demás mobiliario.
A pesar de la falta de decoración y diseño en las habitaciones, cada una de ellas parecía lista para ser utilizada. Los suelos de concreto liso estaban ya instalados, y las paredes, aunque aún desnudas, estaban sólidamente construidas.
Me quedé maravillado ante la eficiencia y la velocidad con la que los robots estaban construyendo nuestra base. Cada uno de ellos trabajaba de manera incansable, sus luces LED brillando en la oscuridad mientras continuaban con su labor.
En la quietud de la noche, bajo la luz plateada de la luna, nuestro refugio parecía un faro de esperanza. Un lugar donde podríamos planear nuestro siguiente movimiento, un lugar donde estaríamos a salvo. A pesar del miedo que sentía, no pude evitar tener una sensación de asombro y anticipación. Este era solo el comienzo de nuestra aventura, y ya estábamos logrando cosas increíbles.
Caminé por el lugar, y me topé con Michael quien lucía ampliamente satisfecho por el trabajo incansable de sus robots. —Te gusta, ¿amigo? Preguntó el, con un tono de curiosidad. —¡Claro! Respondí. —Todo es excelente, y la velocidad con lo que lo hacen es admirable.
El solo dio una sonrisa de alegría. —Ven, será mejor que nos preparemos para nuestra junta nocturna en el salón improvisado que estuvimos construyendo el señor voz suabe y yo. Dijo, mientras caminaba al edificio. Yo no tardé en caminar detrás suyo. Por dentro la estructura del recinto era increíble. Aunque aún faltaba mucho diseño, lo que se estaba logrando en tan poco tiempo era algo de admirar sin lugar a dudas.
Caminamos por algunos pasillos, hasta entrar a una habitación totalmente blanca, donde estaban Mark, proyectando la misma pizarra que hace unas horas y Sam, quien estaba sentada mirando la pizarra de piernas cruzadas en el suelo. Entramos Mich y yo, y nos sentamos a su lado.

—Bien, estamos todos aquí. Dijo Michael, claramente emocionado por la reunión. El brillo en sus ojos reflejaba su entusiasmo mientras comenzaba a hablar de los planes para la base. Dibujos y esquemas se proyectaban desde Mark, iluminando el espacio con su resplandor azul.
Detalló cómo la construcción estaba progresando a un ritmo increíble gracias a la eficacia de los robots. Habló de cómo cada área de la base estaba siendo diseñada con un propósito específico, desde las áreas de investigación y desarrollo hasta los lugares de descanso y recreación.
Mientras él hablaba, no pude evitar observar cómo Sam parecía perdida en sus pensamientos, su mirada fija en la pizarra virtual que Mark proyectaba. Su rostro reflejaba una mezcla de emoción y preocupación, una clara señal de los retos que nos esperaban.
—¿Qué piensas, Sam? Michael la sacó de sus pensamientos. Ella se tomó un momento antes de responder. —Creo que es increíble lo que has logrado, Mich. Pero no debemos olvidar que estamos en una situación peligrosa. Estamos siendo perseguidos, y cada paso que demos debe ser considerado con mucho cuidado.
Sus palabras parecían pesar en la habitación, llenándola con una seriedad que contrastaba con la emoción de hace un momento. A pesar de la tensión, sabíamos que tenía razón. Nuestra situación era precaria, y cualquier error podría costarnos caro.
Pasamos el resto de la noche discutiendo nuestros planes y estrategias, asegurándonos de que estábamos preparados para cualquier cosa. A pesar de la gravedad de nuestra situación, había una camaradería entre nosotros que me llenaba de esperanza. Estábamos juntos en esto, y no importaba lo que viniera, lo enfrentaríamos juntos.
La reunión terminó y cada uno de nosotros se fue a descansar, con la promesa de reunirnos de nuevo al amanecer. Mientras me acostaba en mi habitación improvisada, miré el techo y pensé en lo que el futuro nos deparaba. A pesar de todas las incertidumbres, había una cosa de la que estaba seguro: estábamos juntos en esto, y nada nos iba a detener.

La prueba de amor de turing.Where stories live. Discover now