Noche de revelaciones

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Al esperar a Michael, entré a la casa, donde Sam ya me esperaba con una mirada fulminante. —¿y ahora qué? ¿ya hasta peleas sin avisarme antes? Sus palabras estaban cargadas de resentimiento. —Sam, yo… no los esperaba, todo fue tan rápido…
—Y ahora cual es su plan, ¿Salir por la noche a golpear tipos malos como personajes de comics? Añadió con un tono irónico. —No, Sam, esto surgió de la nada. Yo solo estaba sentado, y llegaron sin más. Al terminar de decir esto, Michael toca la puerta. Y me dirijo a abrirla.
—Hola, mich, pasa. Y ten cuidado con tus palabras. A Sam no le gustó  mucho que hagamos trajes sin ella. Dije mientras lo miraba con un rostro de culpabilidad. El asiente con la cabeza y entra. Afortunadamente tiene su traje puesto que cubre su rostro; aunque, ahora que lo pienso. Realmente esto no es necesario porque claramente saben quienes somos.

Sam sale de su habitación con una máscara improvisada en color rosa con blanco. Tiene orejas y bigotes de gato. La verdad es un poco graciosa, pero me aterra hacer algún comentario al respecto en este momento.
Los 3 nos dirigimos al patio trasero, donde yacían los intrusos adormilados con Mark vigilando atentamente.
Michael y yo nos ponemos enguardia, mientras que Sam se prepara para comenzar el interrogatorio.
—Quiero que sepan que luego de esto seguiré molesta con ustedes, Tontos. Añadió Sam, antes de que los intrusos comenzaran a despertar lentamente.
Inmediatamente, uno de ellos trata de levantarse, pero Mark se pone en posición de ataque y el intruso decide que es mejor quedarse quieto. Sam camina hasta ponerse delante de ellos, su máscara de gato parece completamente fuera de lugar en la situación, pero no deja de ser intimidante.
—Bien, caballeros. Tenemos muchas preguntas y ustedes van a responderlas —dice con una voz firme y decidida. —Para empezar, ¿quién les envió?
Los intrusos intercambian miradas nerviosas, claramente no esperaban ser interrogados por una chica con una máscara de gato. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, se hace evidente que no van a colaborar fácilmente.
—Lo siento, ¿qué no entendieron de "van a responder nuestras preguntas"? —pregunta Sam, su tono se vuelve más amenazante. —Recuerden que estamos en nuestra casa, y aquí, nosotros hacemos las preguntas.
Los intrusos miran a Sam con sorpresa y miedo, parece que finalmente están empezando a tomarla en serio. Uno de ellos finalmente habla, su voz temblorosa.
—No sabemos nada... solo nos contrataron para buscar algo...
El interrogatorio acaba de comenzar, y parece que la noche va a ser larga.
—¿Algo? U alguien. Añadió Sam, clavando su mirada en el hombre, que echa la cabeza hacia atrás.
Veo a Michael como se dirige al arma eléctrica que le derribé a uno de ellos en el combate, y la examina.
El dispositivo que recogió era una especie de arma de choque, pero parecía mucho más avanzada que cualquier cosa que hubiéramos visto antes. Tenía una longitud de alrededor de 30 centímetros, con un agarre ergonómico hecho de un material de polímero negro y un extremo largo y delgado que terminaba en dos puntas metálicas paralelas, presumiblemente donde se liberaba la descarga eléctrica.
La superficie del arma estaba cubierta de una serie de luces LED y botones pequeños, algunos de los cuales parpadeaban con un ritmo constante. Sin tocar ningún botón, Michael examinó el arma más de cerca. Parecía haber una especie de pantalla en la parte trasera, que mostraba una serie de números y gráficos en constante cambio.
—Esto no es ordinario —dijo Michael, frunciendo el ceño. —Parece que esta cosa puede ajustar la intensidad de la descarga eléctrica. Y estas lecturas... —señaló la pantalla. —Indican que hay una batería de alta capacidad en su interior. Esto podría liberar una descarga realmente poderosa si se configura correctamente.
Los ojos de Michael brillaban con una mezcla de fascinación y cautela mientras seguía examinando el dispositivo. Aunque era un arma peligrosa, también era una pieza de tecnología extremadamente avanzada, y eso claramente despertaba su interés como ingeniero.
—¿Quién los envió? Pregunté mirando al tipo al que le derribé el arma. —Esa es información que no podemos relevar…. Dijo mientras no gesticulahba. Michael decidió apuntarle con el arma que había tomado. —Perdona, ¿quién los envió? No escuché bien. Dijo mientras de la punta se veía como un rayo de electricidad se preparaba para ser disparado.

—¡El departamento de rectoría del MIT! Gritó el hombre intentando cubrirse del arma que le apuntaba Michael con furia. —¿Por qué? Le respondió sin bajar el arma.
—¡No, no lo sé! Solo nos dijeron que capturemos y sometamos a Samantha Smith. Añadió el hombre, mientras un silencio sepulcral cayó en el lugar.

La prueba de amor de turing.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu