La prueba de amor de turing.

Alianza X

¿Cómo que no estamos solos? ¿Cuánto tiempo llevo dormido? Eran algunas de mis dudas. —Ven, hombre, te explicaré todo. Dijo Michael, quien me toma del hombro y comenzamos a caminar, con Sam aún lado. Todo estaba en ruinas, escombros por todos lados.
—Luego de que los descubrieron y Sam tiró la píldora de humo yo lancé mis amiguitos que estuve preparando junto con Mark por si algo así pasaba. Dijo Michael con voz seria. —¡pero si tu no esperabas que falláramos! Respondí.
—Oh, claro, Luc. Uno nunca va a hacer cualquier cosa esperando perder. Si yo les decía que tenía un plan de contingencia, quizá y su nivel no hubiera sido el mismo. En fin, que ese no es el punto, hombre. Añadió, haciendo un gesto con su mano para restarle importancia.
—Al impactar los drones, muchas alertas se dispararon. Comenzaron a caer proyectiles de todos lados, y volé a mi escondite.
Luego... Antes de que Mich pudiera continuar, vimos como un hombre alto, con musculatura prominente y una vestimenta intimidadora se acercaba a nosotros.
Botas negras de cuero, pantalón militar, chaqueta también en negro y como generalmente sucede, con un casco de motociclista que cubre su rostro.
—Me presento, mi nombre es Oliver. Y dirijo este equipo de operación de investigación en contra del MIT. Al fin logro conocerlos. SR Michael Johnson, Lucas Kim y Samantha Smith. Añadió con una voz profunda mientras nos realizaba una reverencia corta.
—Se que ahora tienen muchas preguntas, que trataremos de aclarar. Mi equipo y yo formamos parte de la última línea de defensa en contra de estas… organizaciones que privatizaron absolutamente toda la información de investigación con respecto a la física de partículas, cuántica y los avances masivos en inteligencia artificial; lo que en el mundo comercial no es ni remotamente lo mejor. Lo peligroso, como ya sabrán, es para que lo usarán. Y hemos tenido registros de hechos peligrosos en distintas zonas del mundo. Sacó una tableta que proyectaba un mapa holográfico que mostraba la zona de Norteamérica, con puntos en el sur de Canadá, norte de Estados Unidos y las costas de México.

—En estas zonas iluminadas en rojo hemos tenido avistamientos de que por alguna razón la gente habitante pierde la noción de quienes son, donde están, o en los casos más graves, perder la noción de realidad como la conocemos. Y, todo a causa de esto. Al terminar, la imagen cambia a proyectar unos discos que giran a velocidades altas, teniendo ciertos destellos de rayos en color negro, como si estuvieran dividiendo el mundo, o la realidad.
—estoy seguro de que ya los conocen. Dijo, mientras le dio una mirada rápida a Michael.
Nuestros espías están constantemente vigilando la zona, y al percatarnos que el MIT lanzaba micro operaciones hacia algunos de sus estudiantes nos dimos a la tarea de investigarlos. Mientras hablaba, de nuevo la imagen en la tableta cambió. Se veía un retrato de mi, al salir de Corea.
—Lucas Kim: un chico  aficionado a la robótica, programación e inteligencia artificial; el mejor promedio de toda Corea del Sur. Estudiante extranjero, tranquilo, sin tantas relaciones sociales.
Cambió de imagen a una de Michael en la playa.
—Michael Johnson: habilidoso en la robótica y los deportes, sin ser tan destacado en una vida completamente académica. Gran interés y fascinación por el humor, con buenas relaciones sociales y facilidad para entablar charlas.
Todos pudimos ver como Michael sin decir nada, dio una sonrisa de orgullo prominente.
—Samantha Smith: estudiante como pocas. Su núcleo familiar se destruye de forma repentina, y su refugio es el estudio en ingeniería genética. Mantiene un promedio casi perfecto, y se matrícula a clases de inteligencia artificial.
Aunque tímida, su instinto de curiosidad y la justicia son implacables, y por eso es el objetivo número 5 del MIT ahora mismo.
—¿5? ¡Por qué el 5! Respondió Michael, indignado.
—Porque el primero soy yo, Michael. Le respondió el hombre mientras mostró su ficha en la pantalla.
—Oliver X: de 24 años, Antiguo estudiante de derecho informático.
Fui expulsado del MIT al descubrir la bodega secreta de los giroscopios que en ese momento eran meros prototipos. Y formé la alianza X. La pantalla cambia una vez más, y se mira un fondo negro con las letras en rojo.
Alianza X.
—Y quiero que ustedes 3 se unan a nosotros.
Terminó de decir, mientras la pantalla fundía a negro.