Reflexión en la naturaleza

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Las bromas siguieron por un buen rato, tratando de disipar los posibles pensamientos intrusivos de Sam. Caminé por el lugar de construcción. Se veía un sitio  con un orden bastante establecido. Unos robots cargaban, otros hacían cálculos y otros ensamblaban. Todo con una eficacia y rapidez que ningún humano podría alcanzar jamás.
Mientras caminaba por el terreno, vi a Mark, quien se había unido a la construcción, siendo un apoyo más al equipo de carga. Pensé en ayudar de algo, pero si ellos llevaban 3 días trabajando y habían logrado tanto, no necesitarían de unas manos humanas que hicieran caos asique decidí seguir caminando hacia la parte trasera de la construcción. Por un bosque.
Los árboles eran enormes, con las copas cubriendo mucha luz solar. Era un lugar muy agradable, con sombra refrescante. Seguí caminando, admirando todo el paisaje que me rodeaba. Los pájaros, y frutos que colgaban de los árboles. Hasta que vi un río correr y me acerqué más para verlo de cerca. Su agua era cristalina, tanto, que podía ver mi propio reflejo en ella.
Me quedé meditando unos instantes. ¿Cómo había llegado hasta acá? Es decir, tengo muy poco tiempo de vivir aquí. Yo hace 2 meses era un extranjero de Asia que estudiaría en los Estados Unidos y ahora soy un chico que es perseguido por la organización de su propia universidad.
Esto es muy confuso. Cuando me paro a reflexionar en todo esto mi cabeza da muchas vueltas en toda mi vida. Mis decisiones y actos que había hecho hasta ahora.
¿Qué pensaría mi padre de todo esto? al fin ¿le causaría algo de orgullo saber que su hijo se está metiendo en problemas lo suficientemente grandes para terminar muerto? No lo sé. Y a ciencia cierta, prefiero no averiguarlo en un largo rato.
Mientras observaba mi reflejo, en el agua se comienza a ver una silueta que viene desde los árboles. Una figura de una persona pequeña se acercaba por detrás de mí.
Era Sam. Su cabello pelirrojo como casi siempre iba en una coleta organizada, sus ojos verdes y piel tan blanca se diferenciarían a kilómetros. —¿Pensativo, Luc? Preguntó ella. —Sí, un poco. Respondí levantándome.
Ella se acercó y se puso a mi lado, viendo el agua correr.
—¿No te da miedo, Luc? Es decir. Tu tienes familia, tienes gente a quien proteger, al fin y al cavo. Dijo Sam, quien seguía mirando el agua.
—Sí, la verdad me da algo de miedo todo esto. Pero estaré con ustedes hasta el final. Le respondí con determinación tomándole la mano. —No se quien o quienes te busquen o que es lo que hagan, pero llegaremos al final de todo esto, de alguna manera. Y… luego de ello, buscaremos a tu hermana, te lo prometo, Sam.
Afirmé con seguridad mientras la miraba fijamente. Ella levantó la mirada. —Katerine. Su nombre es Katerine.

La prueba de amor de turing.Where stories live. Discover now