| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 36- Secretos entre la nieve

—El hombre es su propio creador de su cielo y de su infierno. Y no existen más demonios que los susurros de su propio ego.

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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El bosque estaba envuelto en una oscuridad gélida mientras la tormenta de nieve rugía con furia. Los copos de nieve caían en espiral desde el cielo, creando un manto blanco que cubría el suelo y las ramas desnudas de los árboles. Los árboles se mecían violentamente, cediendo ante el viento helado que soplaba con despiadada fuerza. El ambiente era tan frío que cada aliento se congelaba en el aire, creando una neblina helada que dificultaba la visión.

En medio de la ventisca, una sombra inusual llamó la atención. Una figura diminuta con forma de niño apareció entre los árboles, apenas visible en la densa cortina de nieve. Sus contornos se difuminaban en la oscuridad, pero su presencia era inquietante, parecía ser parte del propio viento, una manifestación de la naturaleza fría y despiadada que dominaba el lugar.

El niño fantasmal avanzaba sin rumbo fijo, sus pasos apenas dejaban huella en la espesa capa de nieve. Sus ropas estaban hechas jirones y el hielo se aferraba a su piel pálida y translúcida. Su cabello oscuro y desordenado flotaba como hebras de sombras en la brisa helada. Sus ojos, enmarcados por profundas ojeras, brillaban con un destello de un verde glacial y misterioso.

Sobrevive...

La figura se movía con una gracia sobrenatural, casi como si estuviera deslizándose sobre la superficie nevada. A veces, desaparecía entre las ráfagas de viento, solo para surgir de nuevo unos metros más adelante, como si fuera un espíritu incorpóreo danzando entre los copos de nieve.

"En la lucha por sobrevivir, descubrimos nuestra verdadera fortaleza interior, pues solo en los momentos más oscuros podemos encontrar la luz que nos guía hacia adelante."

Llegando a un claro en el bosque, el niño se detuvo y se sentó en la fría nieve, asumiendo una posición de meditación. Su aura mágica se volvió más brillante, y una fuerza enigmática lo rodeó, formando un escudo impermeable alrededor de él. La tormenta de nieve, que antes amenazaba con aplastarlo con su ferocidad, ahora se desviaba a su alrededor, incapaz de tocarlo.

El niño cerró los ojos y se sumergió en su meditación, conectándose con la esencia misma del mundo mágico que lo rodeaba. Podía sentir la energía que fluía a través de cada árbol, cada brizna de hierba y cada copo de nieve. La magia resonaba con él, como si fueran dos fuerzas íntimamente entrelazadas.

La nieve comenzó a caer más suavemente a su alrededor, creando un aura de paz y calma en el claro del bosque. El niño se sentía seguro y protegido, sabiendo que la magia del mundo lo envolvía como una madre protectora.

En ese momento, comprendió que su magia no provenía solo de varitas o hechizos aprendidos en una escuela, sino de una conexión profunda y ancestral con el propio núcleo del mundo mágico. La magia fluía a través de él como un río eterno, y él era su conductor y su guía.

—La diferencia entre un valiente y un cobarde, Harry, es que un cobarde se lo piensa dos veces antes de saltar a la jaula del león —susurró Anastasia, quien apareció frente a Harry—. El valiente simplemente no sabe lo que es un león. Felicidades, has completado tu supervivencia.