| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 14- El Fuego del Heredero

—Creaste aquello que podía matarte, Voldemort.

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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—Profesor Quirrell —llamó Harry con un falso tono de miedo—. ¿Sucede algo?

Quirrell dio un pequeño salto, mirando rápidamente hacia atrás. Frunció el ceño al no reconocer de inmediato al estudiante frente a él, hasta que sus ojos se posaron en los profundos ojos verdes, fríos como ventanas hacia un alma vacía, y en la distintiva cicatriz en su frente.

Ante él se encontraba Harry Potter, con sus ojos verdes que, a pesar de expresar cierto temor, no transmitían ni de cerca la profunda emoción que debería haber en ellos. Solo había vacío, desprovisto de vida y alegría. Un vacío tan aterrador que era capaz de devolverte la mirada.

Los ojos azules de Quirrell se abrieron de sorpresa, y comenzó a caminar hacia Harry.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Caminando —murmuró Harry nerviosamente, aunque no se dejó afectar por la mirada de Quirrell.

¿Quieres matarme, Quirrell? Inténtalo.

—Señor Potter, debe alejarse de aquí. Hay un ataque de un troll —murmuró Quirrell. Su tartamudeo desapareció cuando se dio cuenta—. Y-yo... T-tengo que informar al director.

—¡Profesor! —gritó Harry, agarrando la túnica de Quirrell hasta que su cicatriz comenzó a doler—. Y-yo... no era nada...

Los ojos de Harry parecieron perder enfoque mientras se llevaba las manos a la cabeza con pavor. Quirrell observó la interacción con sus ojos fríos, frunció los labios y comenzó a caminar hacia la oficina de Albus Dumbledore.

Cuando Quirrell desapareció de la vista de Harry, su terror se desvaneció y una fina línea de sus labios se curvó hacia arriba en una sonrisa. Sacó su varita de la túnica y recitó en silencio sobre un papel:

—Revelum Loci, Quirinus Quirrell.

Harry sonrió astutamente al ver cómo el papel en blanco se transformaba en un mapa mágico frente a él, mostrando la ubicación de Quirrell con un indicador que siempre señalaba la dirección que tomaba.

—Ahora veamos donde estas —susurro Harry mientras alzaba su varita de Inefable—. Auramortis.

Un inmenso campo mágico, creado directamente a partir de la magia canalizada desde el núcleo de Harry, se expandió por los pasillos y distintos pisos de Hogwarts, amplificando la percepción mágica de Harry y alertándolo ante la presencia de seres con intenciones amenazantes. Dos firmas destacaron. Una se encontraba cerca de la oficina del director de Hogwarts, aunque había tres firmas en total, Harry no logró identificar quiénes eran. La otra firma provenía del baño de las chicas.

—Finite Auramortis —gruñó Harry, finalizando el hechizo, y comenzó a correr hacia donde se suponía que estaba el supuesto troll.

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Harry apareció instantáneamente en el tercer piso de Hogwarts. Sus pensamientos iban a toda velocidad mientras recordaba el día en que ingresó a la escuela. Especialmente la advertencia del director Albus Dumbledore de no adentrarse en el tercer piso. Por supuesto, eso fue algo que ignoró por completo.