| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 25- Las sombras de la sospecha

—Nada es imposible, solamente no se ha logrado aún...

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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—Padre, ¿qué sabes sobre la Cámara de los Secretos?

El silencio se apoderó de la habitación de Harry mientras Argus tardaba en responder a través de su varita.

—No mucho —respondió Argus—. Solo sé que la Cámara de los Secretos fue creada bajo el castillo de Hogwarts por Salazar Slytherin. Según la historia de la Caza de Brujas y Magos por parte de los Muggles, Salazar creó la Cámara como un método de protección para su conocimiento. Era su lugar secreto y contenía una criatura que atacaría cuando Hogwarts fuera amenazada por Muggles.

—La Cámara ha sido abierta —murmuró Harry—. He escuchado susurros... pero no sé si fue quien la abrió o la bestia. Había un mensaje en la pared. "Se ha abierto la Cámara de los Secretos. Enemigos del heredero, temed."

—¿Necesitas ayuda? Puedo enviar a Annabeth nuevamente.

Harry gimoteó, desplomándose sobre las sábanas de su cama. Podría necesitarla, pero Annabeth era lo suficientemente capaz como para soportar sus estados de ansiedad incluso si "bromeaba" a su manera, aunque ella era la persona a la que más quería.

—¿Hay algún informe sobre personas que hablen Parseltongue?

—Voy a buscarlo.

Harry frunció el ceño. Se incorporó lentamente, con un rostro renovado.

—Heredero... —murmuró—. ¿Será algún complot para culparme?

—Posiblemente...

"No eres lo suficientemente fuerte como para resistir la tormenta..."

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Las clases de Pociones eran, sin lugar a dudas, las más competentes en la lista de Harry. Severus Snape, sin duda alguna, era uno de los mejores profesores que Harry había conocido en todos los años que había vivido fuera de la Sede Británica de los Inefables o en el Mundo Mágico en general. Snape había sido, en su juventud, un respetado alumno brillante en la Maestría de Pociones, y esto se evidenciaba cuando a una edad tan temprana comenzó a plasmar sus propias ideas en los libros de pociones.

Sin embargo, había algo oscuro que rodeaba a Severus Snape y Harry lo sabía. No era su cabello negro y enmarañado ni su rostro pálido y anguloso. No eran sus túnicas sencillas de apariencia sombría. Era su personalidad.

Snape era considerado una persona fría, sarcástica y reservada. A menudo mostraba una actitud despiadada hacia su casa enemiga, Gryffindor. Era antipático y amargado con todos, pero especialmente con Gryffindor.

Argus había mencionado que había conocido a Severus, quien era un año menor que él. Siempre había destacado su personalidad oscura y reservada, así como su poderoso conocimiento en las Artes Oscuras, que lo llevó a aliarse con, en aquel entonces, el Prefecto Lucius Malfoy.

Otro aspecto destacado era su profundo odio hacia James Potter y Sirius Black, llegando incluso a lanzarse hechizos. Para Harry, James no era alguien a quien debiera respetar plenamente. Era su padre, pero coincidía en que en su juventud había sido un arrogante impetuoso hacia Severus.