Capítulo 3 M.E

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Había huido al cuarto de mi amigo mientras él hablaba con sus padres.

De ahí a podía ver al Miguel del que tanto hablaron vigilando el departamento atentamente.

Fue en ese momento que se me ocurrió una idea.

-¡Depravado! -le grité llamando la atención del vecindario -¡¿Podrías dejar de mirar el interior de los departamentos?! ¡Hay niños!

Eso era todo lo que debía decir para invocar a la red de ancianos y padres ofendidos.

-¡Llamaré a la policía! -afirmó la señora May del edificio del frente.

Todos se unieron a gritarle e insultarle por estar ahí, algunos grababan y otro grupo se juntaba para sacarlo a palos.

Al parecer los del grupo en el techo notaron la distracción, porque en menos de dos minutos el británico y el indio estaban a mi lado.

-Me agradas -declaró el rockero mientras me despeinaba agresivamente el cabello.

-Eso fué genial -me golpeó ligeramente el brazo el otro -eres increíble.

Iba a contestar cuando Miles abrió la puerta y me jaló a él con sus telarañas.

-¿Qué le hacían ahora? -preguntó poniéndome detrás de él.

-Solo hice una distracción para Miguel, pueden salir libremente, solo deben tener un poco de cuidado por los otros dos -comenté mientras le ponía una mano en el hombro.

-Gracias -me abrazó para después dirigirse a los demás -vamos a destruir a la Mancha.

Saltó de vuelta al edificio de antes mientras que desde su techo se podían ver muchas luces.

-Supongo que nos tendremos que ir... -se acercó el indio -mi nombre es Pravithra Prabhakar -se presentó -espero vernos pronto.

-Hobie, me agradas -volvió a desordenar mi cabello.

En tanto ambos se fueron volví al Living de la casa tomando las esposas sobre la mesa.

-¿Tío? -le llamé -¿Qué era esa cosa encima de las hornallas?

Me miró raro y después me acompañó a la cocina.

-Es una campana de olores -mostró -se toma de este anillo para sacarla...

Lo esposé al anillo de la campana y fuí con la señora Morales ignorando sus gritos molestos.

-En la zona de la pelea van a haber muchos civiles heridos -informé delante de ella -esposé a su esposo para que no vaya, usted y yo podemos tratar a todos los que podamos.

Agradezco tanto que mi mamá me haya obligado a hacer un curso de primeros auxilios.

Ella fué a la cocina y besó al señor Morales para despedirse riéndose de su situación un poco.

Salimos corriendo del edificio hacia las nubes negras en el cielo, pero nos detuvimos unas dos cuadras antes para hacer la base de operaciones.

Poco después los gritos comenzaron, la señora Morales se iba a quedar en la base y yo traería a los heridos.

Fué agotador.

La Mancha lanzaba un autobús, alguno de los 15 spidermans ahí lo atrapaba y yo iba a buscar a personas lastimadas o con contusiones, aunque todos irían al refugio.

Mi cara palideció al ver un edificio agrietarse con pedazos cayendo hacia nosotros, tomé a una persona en mi espaldas e indiqué a los demás que hicieran lo mismo para entrar en otro edificio cercano a resguardarse hasta que pudieran ir a la base.

Ya había dejado a la persona que llevaba, pero había vuelto a salir para asegurarme que nadie se quedara atrás. El polvo no dejaba ver nada.

Fué entonces que noté al edificio completo separarse de sus cimientos y caer.

¿Moriré ahora?

[Presto cambio]

-Miles, deberías estar atento, los M.J no son mucho de mantenerse quietos -advirtió el de bata rosada al de esta dimensión.

-¿Cómo es M.J, Miles? -pregunté curioso, realmente ese chico había demostrado en muy poco tiempo ser asombroso, inteligente y valiente.

-Es alguien bondadoso, amable, preocupado, hábil, inteligente, capaz... -comentó mientras seguíamos en nuestro camino a la Mancha.

-Sí -aportó el mayor -es el efecto M.J sobre las personas, siempre inspiran a los demás.

-¿Podría dejar de hacer eso? -pedí -él es su propia persona.

La verdad yo había tenido una crisis al descubrir a los demás Spidermans, no me gustaría que él pasara por lo mismo.

-Viejo, ¿Qué pasaría si alguien comparara a Mayday? -me apoyó mi mejor amigo -el gobierno es el que trata de meternos en un mismo saco, no hagas eso.

-Les digo que no se quedará en el apartamento -fué lo último que mencionó al llegar a la batalla.

Yo trataba de dar lo máximo de mí, pero la diferencia en experiencia se notaba y me hacía sentir poco suficiente.

Primero Miles salva al capitán de policía y ahora apenas sirvo de distracción.

Escuchamos el de esta dimensión y yo un edificio caerse, pero mi amigo fué detenido por un portal. Por suerte no parecía haber nadie

Un grito desgarrador de él me hizo voltear y prestar más atención viendo a una silueta que me aterró.

Sin pensarlo dos veces lancé el yoyo conmigo detrás y justo antes de que acabara aplastado quedó envuelto entre mis brazos a salvo.

-Gracias -puso su mano en mi mejilla sonriendo sinceramente soltando un par de lágrimas.

Mi mente quedó en blanco, se sentía bien el solo estar así.

M.J pidió que lo soltara y salió corriendo a un edificio cercano entre los escombros.

Habían muchas personas ahí.

-¿No vas a ayudar a Miles? -me preguntó por mi presencia.

-No estoy siendo de ayuda allá, si quieres te puedo ayudar aquí -ofrecí sin pensar.

-De acuerdo, tenemos que llevar a todas las personas a un edificio dos cuadras hacia dentro para recibir atención médica -ordenó -todos pónganse un paño en la nariz y boca para no respirar la tierra y cemento.

Toda la multitud se quejó de no querer cargar a alguien durante tanto tiempo, así que solo M.J y yo íbamos a llevar a todos.

Él agarró a dos niños en su espalda y yo a los padres, primero llevaríamos a las familias.

Llegando al dichoso edificio, este estaba lleno con una señora ayudando a los heridos.

Estaban separados entre los que necesitaban un chequeo, heridas menores y heridas graves.

-¿Has estado haciendo esto mientras pelean con la Mancha? -cuestioné soltando a los adultos.

-¿Qué más iba a hacer? No podía dejar a toda esta gente morir y están muy ocupados como para estar evacuando -este chico es realmente asombroso.

En Cada UnaWhere stories live. Discover now