Capítulo 31

242 43 10
                                    

Hoy ha sido un día agotador por donde lo miré.

La necesidad de disculparme con Pravithra y mi madre me desencadenó de vuelta problemas de ansiedad que había tratado toda mi vida dejar bajo la alfombra de mi mente.

Volví a no dormir.

Volví a no comer.

Incluso volví a rascarme tan fuerte la cara y la cabeza que sangré.

Me sentía del asco.

Mi mente no ha parado de decirme todo lo que está mal conmigo y ya ni siquiera quiero estar despierto para poder no escucharme por unos minutos.

Al menos pude aparentar bien mientras hacía el trabajo. Pero el que su mamá me estuviera preguntando todo el día cómo me siento tampoco lo hacía muy fácil.

¿Cómo me puedo sentir? Recordé la basura que soy y volví a fallarle a los que quiero.

Suspiré mirando la escuela.

Ahora tendría que volver a aparentar una sonrisa hasta llegar a mi habitación.

-¡Marcos! -escuché a lo que volteé.

No me esperaba verlo ahí.

Soy un desastre.

Viene a decirme que le doy asco.

¿Tiene que ser ahora?

Aún no estoy preparando para volver a escuchar esas palabras después de tanto tiempo empujándome a mis límites para evitarlas.

-Lo lamento -me adelanté cuando se acercó más a mí -no debí besarte sin tu permiso, ni siquiera debí hacerlo aunque lo tuviera, porque te hubieras sentido obligado a dármelo.

Él tenía una cara de confundido tan tierna...

-Soy consciente de que lo más seguro es que hayas venido a quejarte y luego irte a tu dimensión -miré al piso.

Ya no podía seguir viendo su cara sabiendo que no lo haría de nuevo.

-Soy un idiota, cruel, desagradecido... -iba a continuar, pero podía perder el punto -tuve que haber quedado feliz siendo solo amigos y es mi culpa el tener estos sentimientos hacia tí. Espero que me perdones algún día.

Creo que ya dije lo más importante.

¿Por qué se tarda tanto en responder?

¿Otra vez me equivoqué?

¿Cometí otro error?

¿Ni para disculparme sirvo?

Ví unas gotas caer al piso, haciendo que mirara hacia arriba casi por instinto.

Él lloraba y yo no tenía idea qué hacer.

¿Será de impotencia?

Cuando notó mi mirada se dejó caer al piso apoyado en sus rodillas.

¿Tan enojado está?

Él tomó mi cabeza, a lo que me esperé un golpe, pero me llevé un beso.

No era corto y a la rápida como el que yo le dí, por el contrario, estaba lleno de sentimientos que no podía entender.

-Por favor no vuelvas a tratarte así -me miró fijamente -también me gustas. Me gustas mucho, por eso no estoy feliz cuando dices cosas como esas y no es la primera vez que lo haces.

¿También le gusto?

-Si lo dices solo porque te ayudo en lo que puedo, lo seguiré haciendo aunque me rechaces -afirmé.

En Cada UnaWhere stories live. Discover now