Capítulo 39

174 25 5
                                    

En tanto salió después de vestirse me arrastró afuera haciendo que dejara las empanadas atrás.

-Realmente no dijo nada malo -afirmé -solo tengo curiosidad por lo que iba a decir. ¿Mis ojos brillan cuando...?

Solo lo estaba molestando, lo mejor es que se relaje después de toda la tensión que debe ser estar en medio de una discusión constantemente.

Inesperadamente me abrazó fuertemente, como si lo necesitara.

-Si quieres puedes hablarme al respecto... -no sabía bien qué hacer o decir.

-Está bien, solo quería poder abrazarte tranquilo unos minutos -respiró profundo.

Estaba confundido. Claro que puede abrazarme.

-¿Te parece ir al parque? -tomó mi mano de carne y hueso con una sonrisa.

-Está bien, pero si la señora Morales pregunta, nos quedamos en tu casa con tu tía en todo momento -pedí -siendo el primer día que camino por mi cuenta no le hacía ninguna gracia que alguien me pudiera llegar a empujar.

-No te preocupes, yo me encargo de eso -afirmó guiandome por la ciudad.

Se quedó en silencio.

Algo no estaba bien, se sentía raro, pero a la vez notaba que era genuina su alegría cuando me abrazó.

Es casi como si pensara que me puedo esfumar o algo así.

¿Será por un mal trago de su relación anterior? Tal vez cree que yo haré algo similar.

Aunque no tengo idea qué sea de todos modos.

Ya le dije que intentaría no ponerme en riesgo. ¿Qué más puedo hacer?

Entré el gran tráfico de personas alguien inevitablemente me golpeó el hombro haciendo que tambaleara levemente.

Pravithra al notarlo me pegó a él para que no me cayera.

-¿Cómo te encuentras? -acarició mi mejilla suavemente y con mucho cuidado -¿Te hiciste daño?

Negué con una sonrisa y continuamos nuestro camino.

Subimos hasta el mismo lugar en donde me encontré con el puma y pasamos una pequeña área verde que había detrás.

Hay muy pocas plantas en la ciudad, pero al menos dejaron este lugar.

Me acosté de espalda en el pasto.

Sentí muchas miradas y una hermosa risa.

-Realmente te gusta estar en contacto con la naturaleza -se quitó su chaqueta para sentarse sobre ella.

Me sentía avergonzado.

¿No es común que alguien se siente sobre el pasto?

-No te preocupes -posó su mano sobre mí abdomen para que no me levantara -si nosotros la disfrutáramos así habrían más parques que este.

Eso llamó mi atención.

Nunca lo había visto así.

-¿Te puedo preguntar algo? -asentí -¿Por qué le ocultas cosas a los que se preocupan por tí? Lo del árbol, lo de tu padre y ahora lo de caminar por la ciudad...

-Porque se preocupan -comenté y se acostó al lado mío -antes decía todo porque no podía notar que "no era normal". Hablé de mis castigos, de mis trabajos de jardín, incluso de cosas que me decían mis padres. Una profesora se preocupó y los llamó.

Entrelazó nuestros dedos.

-Al día siguiente tuve que ir al frente de todos los profesores de mi colegio a decir que era un mentiroso -comenté -que no valía la pena en creerle a alguien como yo ya que de mi boca solo podían salir cosas falsas. Claramente eso lo aprovecharon los que me molestaban e incluso en casa me pusieron apodos cuyo objetivo era despreciarme para que me sintiera peor por haber dicho algo.

En Cada UnaWhere stories live. Discover now