Él vil principe (KaiSoo)

Capítulo 18

Habían pasado varios días desde que había hecho el ridículo más grande de mi vida delante de ese doncel, un doncel que me había demostrado que no me amaba en absoluto. Se suponía que hoy tendría que regresar a su hogar, desaparecer nuevamente de mi vida como siempre hacía.

Pero en esa ocasión yo no iría detrás de él, no trataría de impedir que se alejara y, cuando lo hiciera, no seguiría esperando por alguien que solamente había pensado en mí para vengarse. Todo eso me ocurría por fingir ser un niño bueno cuando en verdad siempre había sido un canalla. Aquella noche, en la que al fin abrí los ojos, había sido ilusamente planeada por mí hasta en los menores detalles para cumplir todos los deseos de Kyungsoo…, sólo para darme cuenta luego de que su único deseo era hacerme sufrir.

Mientras yo lo había estado esperando durante todos esos años, él nunca lo había
sabido debido a la intervención de su familia, y otra vez más había hecho el ridículo más enorme. ¡Y pensar que cuando volví a verlo solamente pensé en tenerlo de nuevo entre mis brazos y sujetarlo bien fuerte para que no volviera a marcharse! Y, claro, mientras a mí me preocupaba cómo podría volver a enamorarlo, él planeaba cómo hacerme pedazos antes de retornar a su monótona vida en brazos de su aburrido prometido.

¿Es que no podía aprender de una vez que él no me amaba, que yo nunca le había importado lo bastante como para quedarse a mi lado? Pensé que la última noche que pasamos juntos había significado algo para él, que sus caricias y sus promesas esta vez eran verdaderas, pero, al parecer, Kyungsoo se había vuelto un doncel falso al que le gustaba jugar con los hombres, mientras que yo me había vuelto un idiota porque, a pesar de todo, aún ahora deseaba que él  permaneciera a mi lado.

No sabía si podría perdonarlo, ni cuándo, ni siquiera si lo merecía… Lo único que deseaba era que mañana Kyungsoo siguiera allí, en un lugar donde siempre pudiera encontrarlo. Así pensaba, tristemente, mientras daba un nuevo sorbo a mi bebida y trataba nuevamente de esforzarme por olvidar al doncel de mi pasado que nunca había podido borrar de mi mente ni de mi estúpido y dolorido corazón.

—¿Cómo que te quedas en ese pueblo? ¿No se suponía que deberías haber regresado hace una semana? ¿Y tu trabajo? ¿Y tu familia? ¿Y ese penoso y lastimero individuo que supuestamente es tu prometido? ¿Qué pasa con todo eso? —preguntó un exaltado Chanyeol a su hermano después de recibir la impactante noticia por teléfono.

—Lo he decidido, Chanyeol: me voy a quedar en Andong, y nada de lo que digáis
me va a hacer cambiar de opinión —afirmó Kyungsoo, muy molesto al recordar todo lo que sus hermanos le habían ocultado durante esos años.

—Lo haces por él, ¿verdad? ¡Seguro que has vuelto a encontrarte con ese niño bonito y has caído nuevamente en sus garras! —exclamó Chanyeol, pasándole el teléfono a Lay para que éste tomara su lugar en la reprimenda que su hermano merecía en esos instantes por caer neciamente una vez más entre los brazos de aquel hombre.

—Recuerda todas las veces que te ha hecho llorar…

—¡Y cómo jurabas no volver a caer en sus mentiras! —añadió Sehun, tomando el
relevo de su hermano gemelo.Cuando el teléfono pasó a manos de Minseok, éste simplemente negó con la cabeza y se quedó en silencio.

—¿Desde cuándo os peleabais con JongIn? —preguntó Kyungsoo, decidido a enfrentarse a sus hermanos por el hombre al que estaba perdiendo poco a poco debido a las mentiras que siempre se interponían entre ellos.

—Desde que comenzó a fijarse en ti —contestó Minseok, sabiendo que su hermano finalmente merecía conocer la verdad.

—¿Y eso cuándo fue?

—En el instituto. Nos peleábamos innumerables veces y él siempre nos decía
arrogantemente lo mismo: que aunque no eras suyo en ese momento, algún día lo serías. Pero ésas no fueron las únicas ocasiones…