Capítulo 9

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Cuando Kyungsoo despertó, confuso y solo en una cama extraña, miró a su alrededor fijándose por primera vez en una habitación que apenas recordaba tras una tórrida noche de sexo con un desconocido. Sin duda se hallaba en la habitación de un hotel, ya que se encontraba en una de esas típicas camas dobles. «Una no muy barata», pensó mientras observaba que el suelo estaba cubierto por bonitas alfombras de aspecto lujoso, en lugar de la habitual moqueta, y disponía de un amplio armario y un espacioso escritorio con un ordenador.

También había una gran televisión de plasma y las típicas mesillas con obsequios a ambos lados de la cama. Pese al amplio espacio del lugar, por unos instantes, a Kyungsoo le faltó el aire cuando se dio cuenta de lo que había hecho la noche anterior para tratar de olvidar al hombre al que amaba.

Por unos momentos se vio tentado de sucumbir ante el infantil comportamiento que en ocasiones mostraba y ocultarse bajo las sábanas hasta que toda aquella vergonzosa situación pasara. Él nunca se había acostado con un extraño. De hecho, no había hecho el amor con otro hombre que no fuera JongIn, algo bastante lamentable a sus veintitrés años.

Pero después de que sus sueños y sus pesadillas se hicieran realidad entre los brazos de ese hombre que lo había traicionado, no había querido salir con
nadie más… Hasta esa noche, en la que había pretendido olvidarse de JongIn utilizando a otro e, increíblemente, había conseguido todo lo contrario.

Kyungsoo tapó su avergonzado rostro con la almohada mientras gritaba silenciosamente su frustración al no haber logrado dejar de pronunciar el nombre de JongIn en ningún momento de la apasionada noche. Tal vez fuera porque su estúpido corazón, a pesar de todo, aún seguía amando a ese canalla.

Tras desahogar mínimamente su enfado, cubrió con vergüenza su desnudo cuerpo
sin poder evitar recordar lo ocurrido en esa cama la noche anterior. ¡Quién iba a pensar que ese hombre sería todo un experto conquistador que finalmente lo haría derretirse entre sus brazos con caricias y besos y que parecía conocerlo más de lo aconsejable, aunque él fuera un total desconocido elegido neciamente al azar!

Su confusa mente, en algunos instantes, había llegado a mezclar al hombre que intentaba olvidar con ese otro con el que estaba en esos momentos y, pese a sucumbir al placer que podía proporcionarle, era el nombre de otro el que siempre gritaba en la cima del placer. Kyungsoo se sentó en el revuelto lecho algo desorientado, preguntándose dónde estaría ese desconocido del que no sabía siquiera su nombre, y si podría recoger sus ropas esparcidas por la habitación y marcharse antes de que él volviera.

En ese instante oyó ruido proveniente de la ducha, con lo que ya no tuvo dudas de que él todavía se encontraba en la habitación. Así pues, tras envolver su cuerpo con la sábana, se levantó decidido a marcharse antes de que ese tipo regresara, ya que la locura que había cometido la noche anterior no era algo habitual en él y simplemente se trataba de un error que no quería volver a repetir.

Mientras recogía sus ropas, Kyungsoo no pudo evitar sentirse abochornado, y más aún cuando halló su destrozada e inservible ropa interior entre las revueltas sábanas de la gran cama. Intentó hacerse con sus boxers de encaje, que se habían deslizado hasta un lugar de difícil acceso entre el colchón y la cabecera. Tras llegar a ellas, se fijó que el parche que tapaba uno de los ojos del desconocido había quedado olvidado en la mesilla de noche, y entonces sintió la tentación de quedarse para averiguar cómo era el hombre con el que se había acostado, pero su prudencia, o tal vez su cobardía, lo hizo desistir de ello.

Ya se disponía a levantarse de nuevo del caótico lecho cuando la puerta del baño se
abrió y ante él apareció la persona que menos esperaba encontrar… Ahora encajaban en su desordenada mente todas las dudas y todos los confusos pensamientos que había tenido a lo largo de esa noche, por eso las caricias y los besos de ese hombre le habían resultado tan familiares… No era que su mente no pudiera olvidarse de él, sino que su cuerpo y su corazón lo habían reconocido.

Él vil principe (KaiSoo)Where stories live. Discover now