Él vil principe (KaiSoo)

Capítulo 13

Juwon se preguntó qué narices hacía su amigo subiendo la escalera con una rapidez de la que nunca lo había creído capaz, sobre todo después de presenciar en el pasado sus lamentables actuaciones en clase de educación física. Tras percatarse de que su hermano JongIn se hallaba en el salón junto a Baekhyun, no albergó duda alguna de que la alocada carrera de Kyungsoo se debía a la presencia de éste: ningun doncel querría ser visto con el lamentable aspecto que Kyungsoo lucía esa mañana.

Eso, junto con la conocida impertinencia de la que siempre hacían gala sus hermanos, había provocado la inusual estampida de Kyungsoo escaleras arriba. Y eso que JongIn era el que mejor se comportaba de los dos; él nunca hacía trastadas a sus amigos ni los espantaba con sus escandalosas proposiciones como hacía Kibum.

«Hasta ahora», pensó Juwon cuando detectó una ladina sonrisa en el rostro de su hermano mientras seguía a Kyungsoo con la mirada. «¿Acaso a JongIn le interesa Kyungsoo?» Eso era algo extraño, ya que durante la adolescencia siempre lo había ignorado, pero ya se sabe que todo cambia con los años.

Tal vez ése fuese el momento adecuado
para advertirle a su hermano que Kyungsoo estaba comprometido, y que el único hombre al que había amado era el padre de Baekhyun, alguien que desgraciadamente sólo había sido una aventura de una noche… O eso, al menos, era lo que su amigo le había contado, una historia en la que Kyungsoo siempre evitaba pronunciar el nombre de ese sujeto.

Juwon se preguntaba si era porque le resultaba demasiado doloroso recordarlo o simplemente porque esa historia ocultaba más de lo que su amigo estaba dispuesto a contar. Mientras marchaba hacia JongIn muy dispuesto a reprenderlo por su comportamiento, Juwon vio cómo Baekhyun amonestaba a su hermano y decidió no interrumpirlos al observar que, tras el contundente puntapié que el niño le propinaba a JongIn, Baekhyun iba ganando esa discusión.

—¡Eh, chaval! ¿No te ha dicho tu papá que no se debe golpear a la gente? —No sé quien es mi papá, pero mis tíos me han enseñado muy bien cómo defender a mi papi.

—Cómo no… —musitó JongIn mientras ponía los ojos en blanco y recordaba lo obtusos que eran aquellos irascibles sujetos.

—¿Tiene usted algo en contra de mis tíos? —preguntó Baekhyun con insolencia, retando a JongIn con la mirada. Y en ese preciso momento fue cuando Juwon se dio cuenta de qué era lo que faltaba en la historia que le relataba su amigo y al fin pudo ponerle rostro y nombre al tortuoso sujeto que Kyungsoo aún intentaba olvidar.

Al ver el gesto impertinente y mordaz
de Baekhyun al enfrentarse a su hermano quedó convencido de que JongIn era el padre del chico: ésa era exactamente la misma expresión que Juwon había visto miles de veces a lo largo de su infancia cuando otro niño que no fuera Kibum trataba de meterse con el y JongIn saltaba en su defensa.

Baekhyun y JongIn continuaron discutiendo, ajenos a la verdad que se ocultaba entre ellos, pero revelándola a todos sin apenas percatarse de cuán similares eran sus gestos y sus acciones.

—Nada que sea de tu incumbencia, mocoso —zanjó tajantemente JongIn, cruzándose altivamente de brazos y demostrándole que él tenía más poder, ya que era mayor.

—¡No me llamo mocoso, me llamo Baekhyun! Pero es comprensible que no lo
recuerde, señor Kim…, ya se sabe que con la edad las personas mayores comienzan
a olvidarse de las cosas —respondió Baekhyun con la misma impertinencia, cruzándose de brazos un gesto altivo muy parecido al de su padre y dirigiéndole a éste la misma fría mirada que recibía de él.

¡Eran igualitos! De hecho, observar a Baekhyun era como vislumbrar una copia del pasado de JongIn. Juwon se extrañó de que el Kim que más presumía de inteligencia pudiera llegar a ser tan estúpido y no darse cuenta. Y, mientras permanecía a un lado observando a esos dos personajes tan similares, se enfadó con su amigo Kyungsoo por todos los secretos que le había ocultado.