Capítulo 16

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Al llegar a la enfermería del instituto con el analgésico que había hallado en el viejo botiquín de la recepción, vi que mi paciente y su leve lesión en la muñeca estaban siendo eficientemente atendidos por Kyungsoo. Aunque también me percaté de la presencia de una mujer con medio rostro vendado de una forma muy poco profesional…

Sin duda, alguien había osado cabrear a mi peque, y su irascible humor había vuelto a hacer de las suyas. Ante las quejas de la mujer por la leve hinchazón que debía de tener en un lado de la cara, Kyungsoo había ido en busca de un analgésico para calmarle el dolor. Cuando salía de la enfermería, nuestras miradas se cruzaron. La mirada que él me dirigió era bastante fulminante.

—¡Ya veo lo mucho que me has estado esperando! —dijo furiosamente mientras
señalaba desde la puerta a la momia a la que al fin pude identificar como Kristal.

—Y te esperé… Durante mucho tiempo —confesé cogiendo su brazo, decidido a
que esta vez escuchara la verdad de mis labios. Porque si Kyungsoo tenía celos de Kristal, aún no estaba todo perdido entre nosotros, ya que eso solamente podía significar que yo aún le importaba.

—¿Con ésta también estás prometido, JongIn?

—No, Kyungsoo. No tengo a nadie en mi vida.

—Claro, y todo porque me estabas esperando… —repuso irónicamente, eludiendo mi mirada.

—No, Kyungsoo, todo es porque aún sigo siendo un necio enamorado.

—JongIn, tú nunca me has amado, nunca me dedicaste más de una mirada en el
instituto y, cuando nos volvimos a encontrar, yo solamente te serví para que pasaras un rato entretenido.

—No sabes lo equivocado que estás  repliqué molesto mientras mesaba mis cabellos y me negaba a dejarlo marchar a pesar de su fría respuesta—. ¿Por qué no les preguntas a tus hermanos por todas las ocasiones en que nos hemos encontrado?

Tal vez, si se decidieran a contarte la verdad, comprenderías que no te estoy mintiendo.

—Porque no creo ni una sola de tus palabras, JongIn. Y ahora, si me disculpas, todavía tengo muchas actividades en las que participar —dijo intentando zafarse de mi agarre.

—No… —me negué y, cuando él se volvió furioso hacia mí, me inventé a toda prisa una conveniente excusa para pasar un poco más de tiempo a su lado—. Como veo que Kristal está herida, tú tendrás que ayudarme en los preparativos del evento de esta noche.

—Estoy dispuesto a ayudarte, JongIn, pero sólo lo necesario. ¡Ni sueñes con que
volveré a ser tan idiota como para caer en tus sucios trucos otra vez! —respondió él
con decisión, conociendo mejor que ninguna otra persona las maldades que pasaban por mi mente. Cuando al fin lo dejé marchar tras asignarle una fácil tarea, susurré una promesa al silencioso pasillo:

—Eso está por ver, Kyungsoo.

❣️

Desde la puerta de la cocina de Juwon, Baekhyun observaba cómo su papi se
peleaba con la masa de galletas. Y, sin atreverse a entrar, el pequeño se preguntaba a quién querría envenenar en esa ocasión, porque mientras los dulces caseros de las demás papis y mamás sabían deliciosos, los de su papi sabían a rayos.

De hecho, su papi únicamente hacía esas galletas caseras sin azúcar y bajas en grasa cuando alguien lo enfadaba mucho.
Mientras el chiquillo se acercaba disimuladamente a Kyungsoo para obtener más información, lo oyó maldecir en voz baja y, tras su larga retahíla de ofensas, no albergó dudas de que el causante de su mal humor era su padre.

—¡Serás hijo de…! ¡Te voy a enseñar a mentirme! Que me estabas esperando…, ¡y una mierda! Que me amas…, seguro que sí, por eso te dedicas a acostarte con otras… ¡Ya verás! En cuanto termine estas sabrosas galletas, vas a caer rendido a mis pies… «Seguramente intoxicado», pensó Baekhyun, decidiendo que, por mucho que hubiera hecho su padre para irritar a su papi, nunca se merecería semejante castigo.

Él vil principe (KaiSoo)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt