Capitulo 8: Confesiones

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(Narrado por Natsu)


-Así que Takeru también puede verte... Vaya, eso es toda una sorpresa.

Gray y yo estábamos sentados en la sala de espera hablando sobre lo sucedido hace escasos minutos y aún no dábamos crédito a que Romeo también podía ver a su hermano mayor. Lo que fue todo una sorpresa. - ¿Dónde está Lucy? – pregunté.


-Está explicándole a Romeo la situación. Creo que ella es la persona adecuada para hacerle entender que sucede. Yo no soy bueno con las palabras y tú... seguro que te hubieras inventado cualquier historia paranormal de las tuyas – le oí suspirar mientras mis ojos iban de una enfermera a otra. Estallé en una carcajada mientras asentía con la cabeza; en breves segundos una enfermera se acercó a mí pidiendo silencio; avergonzado agaché la cabeza y levanté la mano en señal de disculpa. En cuanto la enfermera se fue Gray empezó a reírse y yo entorné los ojos un poco enfadado ya que había sido su culpa que me llamase la atención. Pero no me importó porque le estaba viendo sonreír otra vez.


- Natsu deberías dejar de reírte solo en un pasillo del hospital o te tomaran por un loco -. se reía mientras se levantaba para apoyarse contra la pared.


-Hacía tiempo que no te veía tan feliz -. Gray me miró extrañado aún con una sonrisa en su pálido rostro – La última vez que te vi sonreír fue cuando me dijiste que había otra persona, aparte de mí, que podía verte y que había aceptado a que vivieses con ella hasta que despertaras. Pero de nuevo volviste a ser el solitario Gray... ¿Ha pasado algo?


Su sonrisa fue desapareciendo poco a poco hasta que se tornó en un gesto serio y sus ojos dejaron de brillar para pasar de nuevo a la oscuridad.  "Mierda..." pensé al darme cuenta de que había metido la pata. Me levanté corriendo intentando pensar algo para cambiar de tema pero las palabras no me salían. Era la primera vez que me quedaba en blanco. Siempre había tenido salidas para cualquier problema pero esta vez la situación era muy delicada.


-Estuve a punto de besarla... - susurró.


Me giré rápidamente hacia él con la boca totalmente abierta. "¿Qué estuvo a punto de qué...?"  Le miré totalmente incrédulo a lo que acababa de oír, no solo porque sería algo imposible para él sino porque estábamos hablando de Gray. El chico más tímida que jamás había conocido. Por eso me sorprendieron sus palabras. Me senté de nuevo en la silla y le miré. Sus ojos estaban clavados en un mismo punto pero sus manos le temblaban. Estaba poniéndose nervioso y no me extrañaba nada.


–Quiero decir, es técnicamente imposible que nos podamos besar pero estuvimos tan cerca que pensé que tal vez sería posible rozar sus labios aunque fuera solo un simple roce pero cuando vi que cerraba los ojos y se inclinaba hacia mí supe que nunca conseguiría sentirla de esa forma. Ni besarla, ni abrazarla, ni sentir el calor que desprende su cuerpo... En ese instante supe que, estando como estoy, jamás podría estar a su lado.


Se despegó de la pared y comenzó a moverse de un lado a otro por el pasillo. Me quedé en silencio buscando las palabras adecuadas para animarle pero ni yo mismo sabía qué podía decirle porque no sabía lo que se sentía al gustarte alguien a quién no puedes tener, a alguien que ni siquiera puedes tocar.


-¿Está mal que me haya enamorado de ella? ¿Está mal que yo, un chico que está casi muerto, tenga esperanza en salir de ésta y poder estar a su lado? ¿Está bien que siga a su lado sin saber si sobreviviré mientras ella tenga esos sentimientos por mí?- todas esas preguntas salieron atropelladamente de su boca, como si quisieran huir de esos tristes pensamientos, como si no quisieran oír la respuesta equivocada. Se hizo un gran silencio en el pasillo, tan sepulcral que parecía que no había nadie en los alrededores.


Suspiré y abrí la boca para hablar pero nada... vacío, un gran vacío salía de mi boca. Gray se paró y se giró rápidamente hacia.


-¿Está bien que mantenga estos sentimientos hasta que llegue el momento de despertar o morir?- sus ojos se llenaron de lágrimas, o eso me pareció porque desprendían tanta tristeza que pondrían la piel de gallina a cualquiera que los viera.


Miré hacia el suelo y apreté con fuerza mis manos una contra la otra. Cerré los ojos por unos segundos intentando sentir lo que mi mejor amigo estaba sintiendo en ese mismo instante, intentando sentir el dolor que recorría su cuerpo débil al querer estar con la persona que amaba. Abrí los ojos y sin dejar de mirar el suelo pronuncié aquellas palabras que pensaba que serían las más adecuadas para él.


-Sinceramente no sé si está bien o no todo eso que estás pensando y sintiendo, pero creo que deberías tener esperanza en que te recuperarás, en que saldrás adelante y que ella estará a tu lado hasta el final. Quizás pienses que Lucy sea débil pero es mucho más fuerte de lo que te imaginas y a su manera también está luchando contra esas mismas preguntas que tú te planteas. Lucy ahora mismo es feliz con que estés a su lado, con que le sonrías, que pasees a su lado yendo al instituto, con que estés ahí por las noches... Ella solo vive el presente porque no sabe a ciencia cierta que te pasará de aquí a un tiempo y no quiere pensarlo porque sino su corazón se rompería en mil pedazos.


Me levanté y me dirigí hacia la habitación. Abrí un poco la puerta y la vi, vi su larga cabellera rubia cayéndole en una coleta por la espalda mientras hablaba con Romeo. Gray se colocó a mi lado y también vio aquella escena llena de inocente y pureza. Cerré la puerta y haciéndole un gesto con la mano andamos hacia las escaleras de emergencia para salir de aquel lugar e ir hacia la tranquilidad y la soledad de la calle.


– Mi consejo es el siguiente; no te hundas por lo que veas a tu alrededor. No te hundas en pensamientos negativos que solo dificultarán tu mejora. Piensa en tu día a día en todo lo que has vivido estos días, piensa en ella, ámala en silencio o díselo sí así crees conveniente pero sobre todo sé feliz porque nunca se sabe cuándo llegará el final.  


Me paré al llegar a la puerta del hospital y contemplamos juntos la lluvia casi invernal. Miré de reojo a Gray y vi como este sonreía para sí mismo. No sabía si lo que le había dicho había podido aplacar un poco el dolor que sentía su corazón, pero al menos sabía que mis palabras le habían ayudado, aunque fuera solo un poco.  


-Había algo más que quería comentarte... - me dijo Gray  mientras abría mi paraguas para meterme de lleno bajo la lluvia intensa de Fiore.


-Dispara colega.


-Antes cuando estabas con Lucy en mi habitación... sentí varias cosas.  

-¿Qué clase de cosas?- pregunté sin detenerme.


-Al principio sentí como un hormigueo en mis dedos y luego ese hormigueo se convirtió en calor, y no solo por los dedos sino también por toda la mano. Era una calidez como si alguien estuviera sosteniendo mi mano. Quizás sean tonterías mías pero ¿Viste si Lucy hizo algo?

Durante unos segundos estuve pensando en lo que Gray me había contado. Estaba claro que podían ser efectos de los medicamentos pero nunca me habían mencionado nada de esto hasta el día de hoy cuando Lucy le...


-¡¡Eso es!! – grité pero mi voz fue apagada por el ruido de un fuerte trueno mientras me paraba en seco. Gray también se paró. Le miré sonriendo y sin dar ninguna explicación salí corriendo de vuelta al hospital. Tenía una teoría sobre lo que había podido pasar y estaba dispuesto a hacer una prueba.

No me olvides (Terminada)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora