Capítulo XIII

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Quiero agradecerles la acogida que ha tenido la historia, recuerden que no es mía, es una adaptación que hice

Me gustaría saber si les gusta, que quisieran agregar, comenten!

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—No hay de qué. Jamás les haría daño a tus padres. Nadie suele tener el dinero necesario para pagar los costes de una boda en una semana. Y entiendo lo que es el orgullo familiar. No se me ocurriría arrebatárselo.

Juliana tuvo que tragar saliva porque la emoción le provocó un nudo en la garganta. El resto del trayecto lo hicieron en silencio, mientras ella contemplaba la oscuridad. Su oferta sugería que entre ellas había una relación auténtica e hizo que anhelara algo más. Debería haberle presentado a su familia a un amor de verdad, no a uno falso. Las mentiras de esa noche comenzaron a pasarle factura al comprender que había hecho un trato con el diablo por el vil metal. Por el dinero necesario para salvar a su familia. Pero seguía siendo dinero.

La voz ronca de Valentina rompió el silencio y la sacó de sus deprimentes pensamientos.

—Pareces muy alterada por la mentirilla de esta noche.

—Detesto mentirle a mi familia.

—Y ¿por qué lo haces?

Un silencio incómodo se hizo entre ellas.

Valentina insistió.

—¿Hasta qué punto quieres el dinero? No pareces muy contenta con la idea de casarte conmigo. Mientes a tu familia y preparas una boda falsa. ¿Solo para ampliar el negocio? Podrías conseguir un préstamo como la mayoría de los empresarios. No me termina de cuadrar.

Las palabras acudieron a su boca y estuvo a punto de contarle la verdad. A punto de contarle lo de la enfermedad que afectó a su padre poco después de regresar al seno familiar. Lo de la falta de seguro médico para pagar las astronómicas facturas. Lo de la lucha de su hermano por continuar estudiando Medicina al tiempo que mantenía una familia. Lo de las interminables llamadas de los acreedores que llevaron a su madre a poner la casa en venta, pese a la enorme hipoteca que pesaba sobre ella.

Estuvo a punto de hablarle de la pesada carga de la responsabilidad y de la impotencia que arrastraba desde entonces.

—Necesito el dinero —contestó sin más.

—¿Lo necesitas? ¿O lo quieres?

Cerró los ojos al escuchar el deje desdeñoso de la pregunta. Valentina quería creer que era egoísta y superficial. En ese momento, se dio cuenta de que necesitaba todas las defensas posibles contra esa mujer. Su beso había destrozado cualquier ilusión de neutralidad entre ellas. Sus labios la habían afectado hasta lo más hondo de su alma, como aquella primera vez en el bosque. Valentina Carvajal Borges había derribado sus defensas, dejándola vulnerable. Tras una semana conviviendo en la misma casa ya se estaría acostando con ella.

No le quedaba otra alternativa.

Necesitaba avivar su desprecio por ella.
Si la creía un ser inmoral, la dejaría tranquila y ella podría marcharse con el orgullo intacto y con su familia a salvo. Se negaba a aceptar su lástima o su caridad.

Si le contaba la verdad sobre su familia, sus demás defensas cederían. Incluso podría darle el dinero sin nada a cambio, y estaría siempre en deuda con ella.

La idea de acabar convertida en la mártir de la película para salvar Tara la llenó de vergüenza. No, mejor que la creyera una empresaria desalmada, tal como quería. Al menos, así se lo echaría en cara y se mantendría alejada de ella. Le bastaba con estar cerca de esa mujer para ponerse a cien. Y antes muerta que quedarse por debajo de Gabriella.

Matrimonio por Contrato (Adaptación G!p)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant