Un clavo no siempre saca otro clavo ● SaneTan ● 13

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Sabito ⟵Giyuu  -    Giyuu→ Tanjirou

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Lunes


Kamado sonrió al oír las quejas de su jefe Urokodaki mientras era ayudado por su nieta Makomo a bajar del auto, alegando poder solo.
Mientras veía al par pelear como dos niños pequeños, se encargó de recoger la correspondencia dentro del buzón de madera.

Hace apenas un par de horas que le habían dado de alta al mayor.
La cirugía había salido bien y dado que el hombre pese a vivir solo se a cuidado y ha procurado comer sano, no había motivo para retenerlo más tiempo en el hospital, y el hombre tampoco que quedaría quieto.

Tanjiro revisó por encima cada uno de los sobres, pasando hacia arriba los más importantes como las cuentas a pagar y otros avisos del banco.
Tomó la pequeña maleta del asiento trasero, donde Makomo le había llevado ropa limpia a Urokodaki y guardado la sucia.

Caminó tranquilamente por el bello jardín, admirando el trabajo que el anciano había hecho, manteniendo en perfecto estado cada planta y la pequeña fuente donde se posaban algunas aves a beber.
Siendo Urokodaki dueño de una floristería, era obvio que tendría su jardín de la misma manera en que cuidaba de sus flores en su negocio.

Kamado entró a la casa agradeciendo internamente que hallan dejado la puerta abierta pese a seguir en su pequeña pelea. Observó a Urokodaki sentado en el sofá, mientras makomo revoloteaba a su alrededor preguntando qué necesitaba o si se sentía bien.

"Ya te dijo que estoy bien, me siento bien. "⁠ se quejó el anciano.

" Solo me aseguro, abuelito, no quiero que te vuelva a pasar algo."

"Yo puedo cuidarme solo, lo he hecho todo este tiempo. No me creas un inútil."

"Y no lo hago, pero el doctor dijo que no debíamos dejar que te excedas y ver que descanses."

"El doctor... El doctor qué va a saber."

Tanjiro rió divertido al ver los berrinches del hombre, y aunque tenía razón en no querer ser tratado como niño, lo que ocurrió no era algo para dejar pasar tan a la ligera.

"Makomo-San tiene razón, Urokodaki-San, debe cuidarse.
No fue para nada agradable verlo tirado en el suelo... Yo pensé." los ojos del menor se humedecieron al recordar la angustia que sintió al ver al hombre tirado y rodeado de paramédicos.

Sakonji bufó molesto mientras desviaba la mirada, no porque le molestara lo que dijo el pelirrojo, mas bien, no podía ver el rostro triste del joven que fue el que más angustia sintió con su infarto, debió ser muy duro para él verlo así.

"Bien, bien. Haré caso al doctor, pero ya quita esa cara, nadie se ha muerto."

Makomo sonrió ante esto, pensando que sería muy beneficioso tener al pelirrojo viviendo junto a su abuelo, pues parecía ser el único en poder hacer enterar en razón al ancianito quejoso.

"Bien, ya que estarás quieto, iré a preparar el almuerzo para los tres.
Por cierto, Tanjiro."

El menor la miró.

"No has desempacado tus maletas. " dijo, señalado el equipaje junto a la puerta.

"Ah! cierto. Con lo que pasó no tuve tiempo de llevarlas a la habitación, los paramédicos ya estaban aquí así que solo me fui con ellos."

Urokodaki sonrió apenado por haber asustado así al chico.

" Aprovecha para llevarlas a la habitación, mientras preparo el desayuno. Ya debes irte a la universidad, ¿No?." Makomo caminó directo a la cocina.

"En realidad. Hoy no iré, quiero estar al pendiente de Urokodaki-San."

"Nada de eso. Tú no vas a descuidar tus estudios por mi." regañó el mayor." Yo ya estoy bien, no necesitan preocuparse tanto.

"Aún así, me sentiré más tranquilo estando en casa con ustede.
Más tarde le pediré a una amiga sus apuntes."

"Entonces, si no irás, aprovecharé para dejarte a mi abuelo, volveré en la tarde." habló makomo mientras revisaba el refrigerador buscando que preparar.

"¿Adónde vas tú?." preguntó Sakonji.

"Iré a pedir mis vacaciones adelantadas a mi trabajo, para poder cuidar de ti mientras Tanjirou va a sus clases."

"Qué va a pasar con la floristería, Makomo-San." preguntó Kamado, preocupado de las pérdidas que podría tener su jefe si cerraba aquella tienda. Era su sustento.

"Mm...   Supongo que debería cerrarla, mi abuelo debe descansar, yo tengo que cuidar de él y tú debes ir a tus clases. " respondió pensativa, mientras tomaba algunos huevos.

"Podría atenderla por las tardes, cuando regrese de mis clases. " sugirió amablemente el menor.

"Pero tienes que hacer tus tareas, tampoco quiero que te desentiendas de tus deberes, haz hecho demasiado por nosotros, por mi abuelo."

"No hay problema, puedo hacerlas mientras atiendo la floristería."

Makomo miró con cariño al pelirrojo.
Apenas lo conoció hace un par de días pero puede darse cuenta que es un buen chico.  Se pregunta como su ex pudo haber lastimado a alguien tan bueno como él.

"Está bien, te tomaré la palabra."

"¿Y yo qué? Nisiquiera me han preguntado que opino. " refunfuñó el anciano.

"Abuelito~ ya no te enojes, te arrugadas más."

"Mocosa malcriada, deja de burlarte de tus mayores."

Tanjirou río junto a Makomo, aveces era divertido molestar a Urokodaki.

Tanjirou río junto a Makomo, aveces era divertido molestar a Urokodaki

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"¿Conoces a Tanjiro? ."

Sanemi se giró en cuanto escuchó a su compañero.  Giyuu lo miraba sorprendido, casi como si una luz de esperanza brillara en sus orbes azules.

"¿Quién?. " se hizo el desentendido, queriendo saber porque preguntaba por el pelirrojo.

"Tanjirou, ¿lo conoces?. " repitió Giyuu.

"No sé a qué te refieres. "

"Dijsite Tanjiro, hace un momento.
Dime, ¿lo conoces? ." cuestionó con impaciencia el de cabellos negros, como si sintiera que el contrario se burlara de él?

"No sé quien sea ese tal Tanjiro, y no me interesa.  Yo hablaba sobre mi hermano menor, Teiko..  Además, qué haces escuchando a escondidas, idiota." reclamó Sanemi, una molestia creciente en su pecho cuando una idea surcó su mente.

' Este idiota debe ser el ex' pensó el albino, preguntándose qué cosa debió haber visto en el imbécil frente a él.

"No, no, no.  Estoy seguro que dijiste Tanjiro, y no estaba espiando." se defendió " Siempre camino por estos pasillos cuando almuerzo en la parte trasera de la escuela.

"No me interesa. " Sanemi pasó de largo a su compañero.
Tener frente a él al que posiblemente sería el ex del pelirrojo, y recordar el rostro destrozado y el llanto desgarrador del menor cuando lo abrazó al confundirlo con su hermano, simplemente no creía posible contenerse de darle un buen golpe.

"Hey, Sanemi. " llamó Giyuu pero fue ignorado.

Estaba seguro de haber escuchado bien, y aunque no era amigo del albino, sabía que algo ocultaba.

One-Shot - All x TanjirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora