Daddy, Tell me why |Cuando te conocí |

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Eres lo que más amo en esta vida. Me volvería loco si te perdiera.

Giyuu Tomioka era un hombre atractivo, poseía un físico envidiable, su rostro serio y apático, como si siempre estuviese enojado sin motivo alguno, era lo que más le atraía a las mujeres de él. Nunca fue alguien expresivo o de emociones, su falta de tacto a la hora de hablar le había echo ganar el resentimiento de algunos de sus compañeros de trabajo, aunque no lo hiciera a propósito, simplemente le era inevitable hablar sin un poco de tacto.

Su amigo Sabito era el único capaz de entender a ese hombre, sabía que no era mala persona, sólo tenía problemas a la hora de socializar.
Se conocieron desde niños, cuando un Sabito de apenas 5 años llegó a vivir con su abuelo, Urokodaki, después de que sus padres murieron en aquel accidente. Servicios sociales otorgaron su custodia al anciano, haciendo que se fuera a vivir con él a la ciudad.

Lo conoció mientras jugaba en el jardín de su casa, un pequeño Giyuu le miraba curioso mientras se mantenía oculto detrás de un árbol.
Al principio le pareció extraño, porque tan pronto le habló, éste corrió hacia dentro de su casa.
Esa acción lo descolocó un poco, pensó que había echo mal, inclusive le preguntó a su abuelo, pero éste le dijo que no se preocupara, que Giyuu era así, tímido y callado, que no tenía muchos amigos. Le aconsejó que intentara entablar una amistad con él, pues le parece triste que mientras otros niños juegan, el pequeño Giyuu se la pase bajo un árbol viendo a otros divertirse.

Desde entonces se volvieron inseparables, se inscribieron en la misma secundaria, preparatoria y Universidad. Aunque Sabito hizo más amigos aparte del azabache, Giyuu se mantuvo firme en mantener esa fachada seria y distante, a pesar de que los demás intentaban incluirlo en sus grupos de amigos, e invitarlo a fiestas, nada ni nadie le sacaba de su negativa a querer convivir.

Ninguno a excepción de un chico de orbes rojizos como rubíes y bellos cabellos Burdeos, aquel chico cuyo cuerpo podría confundirse con el de una chica, más bien, el cuerpo de ese chico no le pedía nada al de una chica, porque era tan delicado, suave, aterciopelado y curvilíneo que nadie podría resistirse.

Cuando Giyuu lo conoció, fue después de ser llevado en contra de su voluntad a una fiesta organizada por un amigo de Sabito, un peliplata de orbes carmín que solía llevar maquillaje en la parte izquierda de su ojo y una bandana con diamante incrustados. Cuando llegó al sitio lo primero que hizo fue irse al fondo de la barra de aquel bar, sin ver ni hablar con nadie, y a quien le llegara a hacer platica, le dedicaba una mirada aburrida y luego se giraba, ignorando a la persona.

Pero cuando su hombro fue tocado por una mano pequeña y delicada, cuando pensó en las mil y un formas para mandar a volar a quien sea que le quiera hablar, fue cuando unos hermosos orbes rojizos le miraron fijamente, denotando emoción y curiosidad. No podía apartar sus orbes oceánicos de esos bellos ojos, delineó ese fino rostro a detalle, admirando las abundantes pestañas que revoloteaban, esas mejillas rellenitas e ilimitada de un tenue rosa, deteniendose en esos belfos brillantes, los cuales deseaba devorar.

Sabito que conocía a su amigo, ya estaba que se acercaba para intentar salvar a ese pelirrojo del arisco de amigo, grande fue su sorpresa cuando vio a Giyuu levantarse de su silla para ayudar al menor a sentarse a su lado, y posteriormente tomar asiento de nuevo. Le vio pedir una bebida para él y el chico, apreció una sonrisa coqueta en el siempre serio rostro de su amigo, vio como éste por primera vez hacía uso de si dote de galán, mientras un pelirrojo sonrojado pelirrojo correspondía a sus cortejos y sonreía a sus chistes.

¿Desde cuando Giyuu cuenta chistes?

Se preguntó Sabito incrédulo, aunque feliz al ver que su amigo encontró a alguien con quien pasar el rato.
Aunque pensó que sólo sería un romance de una noche, se sorprendió al escuchar por el propio Uzui que el pelinegro le había preguntado cuándo haría otra fiesta, y que si volvería a invitar al pelirrojo de la última vez.

One-Shot - All x TanjirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora