One-Shot - All x Tanjirou

In Love With Your Soul [ObaTan]

Escuchar el canto de las aves le hizo esbozar una sutil sonrisa, al tiempo que se giraba sobre su eje sintiendo la fresca brisa matutina colarse por debajo de sus mangas y recorrer su piel haciéndolo temblar ligeramente.

Amaba caminar por las mañanas, sobretodo cuando acudía a sus citas con los médicos, era lo único que lo distraía de pensar en volver a escuchar la misma frase de siempre.

"Lo siento Tanjirou, pero no creo que sea posible que recuperes la vista"

Se había hecho a la idea de que nunca más podría ver, y pese a eso, se esforzaba por cada día ser más independiente y no causar molestia a los demás, mucho menos a él, que desde entonces no le deja solo, siempre dándole su apoyo.

—Tanjirou. — se giró al escuchar su nombre, ofreciendo una sonrisa al recién llegado.— ¿Listo?  Ya debemos irnos, el médico nos espera.

—Lo sé, sólo quería disfrutar un poco más del aire fresco.   Hubiera dicho "vista" pero... — alzó los hombros divertido.— ya ves.

—Nunca pierdes el sentido del humor, ¿Eh?. —el contrario negó, sonriendo con cariño.

—Aunque no pueda ver, y aveces esté chocando con las cosas, no puedo dejarme vencer tan fácilmente.
Le pondré la mejor cara a esto. —respondió con decisión.

Si el chico pudiese ver, hubiese notado la mirada de completa adoración que el contrario le dedicaba.

—Por eso te amo. —susurró el mayor.

—¿Dijiste algo?. —preguntó el menor, no había escuchado.

—Que mejor nos vamos, o llegaremos tarde y perderás tu cita. —sin esperar respuesta, tomó la mano del menor y lo instó a seguirlo.

—No veo que diferencia haga, me dirán lo mismo.  Sólo perdemos el tiempo. —se quejó.

—No perdemos nada con intentarlo, tengamos fe en que esta vez será diferente. —animó el mayor dándole una suave caricia en el dorso de la mano.

Sonrió al escuchar un suspiro de resignación del menor, sabiendo que había ganado la discusión.

Caminaron por el extenso parque al que solía traerlo para distraerse un poco.  En todo momento mantuvo su agarre sobre su mano, queriendo aprovechar al máximo el estar tomados de la mano y poder sentir su suave piel.

Nunca lo diría, pero amaba a ese pequeño con todo su corazón, y aunque sonara mal y se viera como alguien egoísta, siempre que acudían a las citas con diferentes médicos, rezaba a los dioses porque la respuesta fuese la misma.
"Que nunca vuelva a ver"

Si, ansiaba que el contrario disfrutara de la vista del parque, que apreciara el atardecer junto a él o pudiese ver las películas en el cine o en casa.
Pero tenía miedo, miedo de que en el momento en que el menor recupere la vista, se sienta asqueado de tan sólo verlo.  No quiere perderlo, no podría soportar ver una mirada aterrada en ese bello rostro, ni que se alejara de él por asco.

—Que egoísta que soy... —volvió a murmurar soltando un suspiro cansado.

—¿Hablaste? No te escuché.

—Que ¿Qué vas a hacer hoy?. — respondió nervioso, un día de estos lo iba a escuchar.

— mm..   Pues nada, ¿Por qué?. — cuestionó emocionado.