¡Búsqueda del tesoro!

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'Uno, dos... ¿Dónde florecen? Debajo de la ventana, donde los niños duermen. Florecen flores blancas a la tenue luz de la luna.'

Su Oppa, Choi Jung Soo estaba cantando. Acariciaba la cabeza de uno de los niños con tranquilidad para consolarlo. La agonía dentro de su cuerpo, sintiendo como te destrozaba por dentro, era algo normal para ella. Sin embargo, no le gustaba verlo retorcerse de dolor.

Miro a su Oppa, preocupada. Quería saber si podría hacer algo que calmara toda la tensión de este lugar. Pero solo recibió una mueca incomoda, indicándole que tampoco sabía que más hacer. 

Choi Jung Soo vivía contándoles del exterior antes de ser capturado y llevado aquí. Esta era una de las canciones que su madre le cantaba cuando tenía pesadillas. Su Oppa era muy bueno y cariñoso. También muy chistoso y fuerte.

Quería ser como él. Pero sabía que no habría otro Choi Jung Soo en este mundo más que él.

'Tres, cuatro... ¿Dónde florecen? En el borde del espejo de mamá. Florecen pequeñas flores azules'

Sintió como alguien le tomaba la mano y la apretaba, se apoyó en su hombro y tarareo la letra de Choi Jung Soo en sus adentros, era relajante y reconfortante. Ambos estaban apoyados en la pared de piedra, la hora de comer de los soldados había llegado. Miro los grilletes en sus tobillos, luego al resto, los adultos tenían grilletes en los brazos, colgando de la pared. 

Si intentaban liberarlos, eran asesinados y posteriormente les lanzaban el cadáver a los propios compañeros de su jaula para alimentarse. Por eso nadie los ayudaba.

Observo los artículos que eran desconocidos para ella y deseo destruirlos, romperlos en pedazos para así no sentirse tan vulnerable.

Su mayor movió su hombro, indicándole que sacara su cabeza y ella obedeció. Seguido de eso se levantó y la jaloneo para que también se levantará. Nunca se negaría una de sus órdenes, siempre estaba curiosa con lo que haría y con lo que diría.

Su mano fue tomada con delicadeza y su otra mano en su cintura. Después de eso, empezó a moverse de un lado a otro, era de esas danzas que el abuelo les hablaba en los cuentos de hadas.

Un héroe, una princesa y una bestia malvada que seguía ordenes de un mago tenebroso.

Siempre terminaba con el lado bueno venciendo. Y esos personajes después estaban viviendo un feliz para siempre.

Apoyo su cabeza en el hombro de su Oppa, mientras que Choi Jung Soo siguió cantando. No dejo de moverse como su abuelo le había explicado. 

'Cinco, seis... ¿Dónde florecen? Bajo una profunda capa de nieve espera la primavera en forma de pequeños brotes.'

¿Llegaría un final feliz para ellos? ¿El héroe noble y justo aparecería y los sacaría de aquí? ¿O era que estaban destinados a ser esos personajes desafortunados que tenían una muerte tan desgarradora y tormentosa que a nadie les interesaría? 

¿Por qué las personas malas existían y lastimaban y mataban a todos como si no fueran nada? ¿Realmente eran humanos?

Una vuelta y observo la débil y cansada sonrisa de su mayor. Su mayor sabia la verdad y ella no quería aceptarla. Se aferró a su esperanza. Se aferró a la creencia que alguien vendría. Incluso si esta celda y este lugar era el mundo en el que vivía, no era su mundo. 

Deseaba salir y vivir.

'Contémoslas juntos.'

No sabía y no entendía cosas, era muy joven, pero si era inteligente

'Contémoslas juntos. Busquemos algunas flores'

Por eso, pudo entenderlo.

Su Oppa, su abuelo y los demás niños, así como los adultos eran sus personas preciadas.

The Trash Doll.Where stories live. Discover now