The Trash Doll.

Vacaciones.

Ron subía por las escaleras con la ayuda de su insistente hijo. Incluso si hubo perdido la primera batalla no iba a ser derribado tan fácilmente en su guerra personal con esa maldita organización.

'Arm.'

Arm había llegado aquí con aun más fuerza que en el Continente Oriental. Ron no dudaba que iban a apoderarse de todo el Continente Occidental, a la fuerza si era necesario.

Por supuesto no le importaba lo que sucediera con el Reino de Roan o el Continente Occidental, sólo quería mantener a su hijo a salvo y vengarse, tenía que vengar la muerte de su esposa y del resto de su familia.

"Padre..."

"Tonterías, estoy bien."

Beacrox solo suspiro y lo siguió de cerca.

Dicen que cada vez que te haces mayor, tu terquedad aumenta. Ron considero que eso no era cierto, solo se estaba ablandando. Incluso si no estaba completamente recuperado o que solo le quedara un brazo, Ron planeaba seguir moviéndose.

Las escaleras de la Academia de Roan eran largas y empinadas. Al anciano no le importó y siguió subiendo los escalones mientras recordaba el informe de Hans ante las acciones inapropiadas de su pequeña cachorrita mientras se hallaba en la capital.

[Desaparece y aparece en el techo de la academia o se encuentra en cualquier parte de la academia que este restringido.
No sale muy a menudo de su habitación de no ser necesario.
Asiste a todas las clases, pero no sé relaciona con nadie de su aula a menos de que se vea obligada.
Se escapa de la academia a la ciudad de la capital por las noches y es imposible seguirla.
No dice nunca a donde va por más que se le insista.]

Ron solo vio que su pequeña cachorrita jugaba con los dos niños de la tribu gato y con el Señor Dragón. También, como era de esperarse, su joven señorita no era muy sociable. No era nada más allá de lo normal.

Ron empezó a comparar a la niña que conoció y con la que volvió a ver después de menos de un año de su descanso.

Una muñeca sin emociones que se quedaba encerrada en su habitación con los ojos de un muerto. Generalmente golpeada, temida e insultada por la nobleza y sirvientes, sin embargo, a ella no le importaba.

Y ahora iba a volver a ver a la misma niña que mostro una ira con solo saber que volvió sin un brazo y envenenado. Dispuesta a ir a por Arm en su base secreta, explotar una isla en medio de una guerra que le dio la victoria a la Tribu de las Ballenas y salvarle la vida en tan solo una noche... no, en unas horas.

Desde que la niña había obtenido un poder antiguo, había cambiado.

Salvar a un Señor Dragón que se hallaba siendo torturado por humanos.
Mostrar su poder antiguo para proteger a la nobleza y plebeyos de unas bombas Mágicas.
Ir al Bosque de la Oscuridad.
Comprar algo inútil a un monto completamente ridículo.
Viajar por el continente occidental mientras se exponía al peligro o a la muerte como si no fuera nada.
Ayudar al Señor Dragon a vengarse y ver cómo era torturado un noble sin inmutarse por nueve días completos...

¿La niña fue siempre así y no lo vio?

Bueno, siempre se quedaba mirando el techo de su habitación como si fuera lo más increíble del mundo en lugar de salir de la finca. Tal vez en su cabecita roja ideaba todo tipos de planes maquiavélicos y calculadores. 

Ron sintio curiosidad en el pequeño cuaderno que siempre llevaba con ella. ¿Allí tenía sus planes? ¿De dónde saco toda esa información sobre el Señor Dragón?

Su hijo le había informado por medio de una carta mientras estuvo fuera. Más que informes, parecían quejas y alegatos, preguntándole como era que la manejaba y añorando que volviera a ser la aburrida antisocial joven señorita que se escondía en su cuarto sin hacer nada.