Directorio.

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El Directorio.

El centro de información de los Mercenarios del Continente Oriental.

Era uno de los lugares más protegidos por los mercenarios, así como su más grande orgullo.

Existían dos entradas para llegar a él.

Uno era por la puerta principal del Gremio de Mercenarios que se encontraba en Ciudad del Descanso.

El otro, era un pasadizo secreto a través de un túnel diminuto, completamente oscuro y polvoriento.

Desafortunadamente, el grupo de Cale tuvo que pasar por el pasadizo secreto dado a que Arm vigilaba la primera entrada del Directorio.

En aquel lugar, magia, poderes antiguos o aura estaban prohibidos al pasar por ese túnel, de lo contrario, todo seria destruido a través de una explosión.

Cale, que iba con un vestido largo hasta por debajo de las rodillas por culpa de Ron, chasqueo la lengua mientras sentía como sus piernas descansas y palmas tocaban el suelo rocoso.

No era que le molestara ensuciarse, solo era molesto sentir como unas pequeñas piedras pinchaban su piel mientras gateaba.

Naturalmente, no era la única molesta.

Uno de ellos, era Beacrox, que toda dignidad pulcra que siempre manifestaba ya no existía. El hombre de mediana edad no podía evitar lazarle miradas de odio al Rey Mercenario que dirigía el camino, imaginándose que estrangulaba su cuello con ímpetu.

"¡F-finalmente!"

Cale pudo escuchar el grito emocionado del Rey Mercenario. Pudo ver débilmente algunas piedras brillantes a lo lejos.

"¡Esas piedras brillantes son la entrada! ¡Están en la puerta! ¡Jajaja!"

Bud se rió por primera vez en una hora gateando por aquel túnel oscuro. Luego escuchó la voz de Ron.

Era una voz cálida y gentil.

"Vaya, me tomó mucho tiempo llegar aquí. El Rey Mercenario Bud, ¿puedes hacer algo de tiempo para charlar conmigo más tarde?"

Bud sintió extrañamente como si el cabello de su espalda comenzara a erizarse.

Era una voz cálida, pero se sentía muy fría.

Cale, que conocía perfectamente ese tono de voz de parte de Ron, le deseo suerte al Rey Mercenario. Ron mezquino era un peligro andante. No mataba, pero si se aseguraba de que no cometieras el mismo error dos veces. 

Nótese la vestimenta que estaba usando, no convenia para la ocasión.

"¡V-vayamos rápidamente hacia allí!"

El Rey Mercenario siguió arrastrándose rápidamente y finalmente llegó al final del túnel.

Tocó las piedras brillantes aquí y allá de un lado a otro.

Cale pudo ver la luz de las piedras desapareciendo cuando el Rey Mercenario las tocó.

Y una vez que tocó la última piedra...

Boooooooom-

El túnel empezó a temblar.

Bud empezó a hablar con voz emocionada.

"¡Aquí está!"

Ooooooooong.

Fue entonces, que el estruendo se detuvo.

¡Boom!

Apareció una nueva entrada con un fuerte estruendo.

"Por favor sígame"

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