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La celebración finalmente había finalizado, y para la joven princesa todo se había vuelto incluso más agobiante que cuando se preparaban para la coronación.

Apenas habían pasado cinco días desde que fue coronada, y siendo la nueva celebridad del reino se veía envuelta por la nobleza, quienes buscaban a toda costa obtener el favor de la hermana del rey.

El comentario de Ergi tiempo atrás llegó a su memoria, pues la noche en que fue coronada logró ver una cantidad de obsequios que no quiso contar por el hecho de que quizás se llevaría mucho tiempo.

Apenas cinco días habían pasado, y el reino seguía celebrando, quizás ya no en el palacio, pero la alegría se seguía sintiendo en todos lados.

Walton y Heinrey por cuestiones de seguridad solo hicieron dos días de celebración, contando la coronación, pues no querían que algún enviado por Nessa entrara con el fin de lastimar a la princesa.

Después de aquel momento tan emocionante para la realeza el rey empezaba a fatigarse de manera excesiva, e incluso su cuerpo ya no le respondía como debía.

En esos momentos yacía en la habitación de su hermana, pues cuidaba de ella lo más que podía.

— Walton, le agradezco su interés, pero en su condición no debía venir a media noche a mi habitación con un helado de chocolate — murmuró la princesa aceptando el postre.

— Antes de despedirnos en la tarde me dijiste que se te había antojado — sonrió alegremente.

Amira miró el rostro iluminado de su hermano e inconscientemente sonrió, sentía un gran deja vu, y de cierta manera en Walton veía a  Dylan, su segundo hermano mayor, el cual era tranquilo, serio, inteligente, y consentidor con ella.

Pocas veces quería pensar en los Whitemore, pues aún le causaba dolor recordar aquellos que murieron, aunque había momentos dónde soñaba con la vida tranquila que tuvo con ellos.

Una sonrisa triste apareció en el rostro del rey mientras tomaba asiento en una silla, pues se sentía muy agotado y cansado, miró a su hermana y suspiró.

— ¿Sucede algo? — le preguntó Amira con preocupación.

— Sabes que comúnmente a los herederos se les compromete con una mujer de descendencia importante — la menor asintió ante las palabras de su hermano — padre y madre no se amaban, pero eran demasiado unidos, y en cada embarazo que ella tuvo él la consintió — su semblante de tornó triste tras recordar la convivencia de sus padres — Descansa, mañana vendrá Khalil — la menor asintió, se acercó a él y le dió un beso en su frente.

Walton sonrió y devolvió el gesto, cuando la princesa se acostó en su cama él la arropó con cuidado, era una acción que siempre deseó hacer,  cuando salió de la habitación sacó todo el aire que contenía.

Llevó una mano a su pecho y lo apretó con fuerza, ya no soportaba el dolor, afirmó el agarre de su bastón y empezó a caminar, pero sintió como ya tambaleaba, suspiró, pronto se iría.

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Finalmente aquel hombre que sabía el porque de su separación había llegado al palacio, el rey le había dicho que fuera a su oficina lo más pronto posible, por lo que estaba siendo arreglada con rapidez por Rose, la dama que sus hermanos le habían brindado.

— Me sorprende que no haya cicatrices en su cuerpo, o al menos no muy evidentes — comentó la pelirrosa.

Aquello sorprendió a la menor, pues su brazo no había sido el único lastimado, y las cicatrices que tenía eran demasiado pequeñas para ser por la heridas del ataque.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now