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- ¡Me has humillado! ¡No dejaré pasar tal ofensa! - exclamó una pelinegra, el ahora Rey la miró sin expresión alguna.

- No hagas que te encierre, Nessa - avisó el rubio mientras se cruzaba de brazos.

La mujer gruñó, solo se había ido un par de años a las afueras y ahora que volvía, Walton II se había casado, y no solo eso, si no que la Reina ya estaba esperando a un bebé.

"Pagarás muy caro lo que me has hecho"

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Actualidad...

Nessa miraba con furia el retrato de la familia real que ella conoció, allí estaba el Rey Walton I junto a su esposa, la Reina Céline, y frente a ellos estaba Walton II.

"¡Los tres son unos malditos!" Pensó con irá la pelinegra.

Quizás odiaba más a Amira que a sus hermanos por el hecho de parecerse a la Reina Céline, la madre del hombre que la humilló, y la mujer que la ilusionó.

"¿Que mejor forma de vengarme que con la princesa? " Pensó con malicia la mujer mientras sus ojos rojizos se iluminaban por el odio que sentía.

• • •

Una linda rubia sintió ardor en su oído y un escalofrío corrió por su columna.

- ¿Estás bien? - preguntó Sovieshu con preocupación.

- Si.. solo sentí algo extraño - respondió sin saber que decir, pues aquello le había venido de la nada - ¿Seguro que tenerme aquí no le incómoda o desconcentra? - preguntó la rubia mientras cerraba el libro desnudo como separador su propio dedo.

"Incómodar no, desconcentrar sí" pensó el pelinegro, pues a cada rato dirigía su mirada a la chica para poder apreciarla, no sabía a qué venía aquello, pero no podía evitarlo, le gustaba ver cómo es que fruncia el entrecejo cuando algo que pasaba en el libro le molestaba, o cuando soltaba sus ligeras risitas cuando sucedía algo gracioso, incluso cuando hacía un puchero triste cuando leía algo muy doloroso del libro.

- Para nada, es más, me da calma - respondió el emperador mientras le dedicaba una sonrisa.

Amira al verla se sonrojó levemente, al notar que su pulsó se aceleró ella desvío la mirada hacía su libro, el cual abrió con rapidez.

"No te aceleres, mantén la calma, es el emperador" pensó la rubia mientras suspiraba.

Sovieshu rió enternecido por el actuar de la menor, la chica había creído que él no se había dado cuenta del lindo color que sus mejillas habían adquirido, pero si lo había notado, y en cierta forma, él la veía más hermosa con ese tono, aunque quizás pensaba eso porque él había sido el causante de que esas lindas mejillas adquirieran ese tono.

- Tengo una reunión, ¿Querrás estar aquí o tienes planeado ir a otro lado? - le preguntó Sovieshu mientras se ponía de pie y se acercaba a la chica que recientemente lo hacía sentir diferente.

- Me quedaría, pero estar en su oficina y sin usted me haría sentir extraña, así que iré a pasear un rato - respondió mientras se ponía de pie y se acercaba al emperador, el cual ya estaba en la puerta.

El hombre le sonrió y le abrió la puerta para que ella pudiera salir, antes de que lo hiciera le dió un beso en la mejilla para después irse dejando a un anonadado emperador.

Amira caminó por los pasillos del palacio con su libro en brazos, desde el momento en que lo empezó a leer quedó encantada, y extrañamente se sentía identificada con la protagonista en el aspecto de que ambas tenían pesadillas que les impedían dormir, pero la gran diferencia es que la protagonista de ese libro había sufrido maltratos de su padre dejando en ella un sin fin de marcas físicas, cosa que era muy diferente a ella, pues de su infancia quizás lo más duro que tuvo fue el estar encerrada desde siempre, sin poder salir, y eso solo la hacía compararse con la protagonista de un cuento infantil que había leído años atrás.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now