²⁶

2.1K 283 81
                                    

Ambos corazones latían rápidamente, la respiración de la princesa era entrecortada.

Una risa pequeña y sin ganas escapó de los labios de la menor, su respiración y corazón había actuado igual a cuando se besó por primera vez con el emperador, pero la sensación era diferente.

— Supongo que felicidades — murmuró ella mientras se abrazaba a sí misma y bajaba la mirada.

No sabía ni que decir, se sentía devastada, y lo único que quería hacer era lanzarse a su cama y llorar.

Sovieshu frunció su entrecejo, no quería que ella lo felicitara, no quería que esas palabras salieran de los labios de la menor, porque sabía que hacerlo le hacía daño.

— No te alejes de mí, te lo ruego, Amira, sin ti me muero — confesó mientras se acercaba a ella y la tomaba de hombros con delicadeza.

La rubia alzó la mirada sorprendida por lo dicho, se quedó sin habla, ¿Qué le podía decir?, temía decir algo de lo que después se arrepentiría.

Quería decirle que se sentía engañada, pero sabía que no era así, él jamás la engañó, ellos no eran una pareja de novios o esposos... ellos eran amantes.

Dio un paso atrás haciendo que las manos de él quedaran suspendidas en el aire, Sovieshu apretó los puños regañándose mentalmente, pues creía que había arruinado todo.

"No soy quién para recriminarle, pero aun así me duele, amo a Sovieshu y saber que tendrá un hijo con Rashta me destroza el corazón" pensó con la cabeza baja.

— Amira... te suplico, dime algo, tu silencio me carcome — quiso acercarse, pero ella dio pasos hacia atrás involuntariamente — sé que te duele, sé que te debes sentir traicionada, sé que debes estar odiándome, sé que...

— Cállate — pidió ella mientras alzaba una mano, ante esa interrupción él se sintió peor — tienes razón, pero no puedo recriminarte nada, soy tu amante, no tu esposa, conozco mi lugar — se atrevió a decir aún con sus labios temblando a causa de la tristeza.

— Puedes hacer lo que quieras, puedes gritarme, insultarme o golpearme y no haré nada, eres la única que puede hacer conmigo lo que sea — confesó.

Amira lo miró sorprendida, y las lágrimas amenazaron con derramarse de sus ojos, entre más lo escuchaba más ganas de llorar la invadían.

Ella inhaló intentando calmarse, no quería reaccionar diciendo cosas sin sentidos, tampoco quería llorar frente a él, pues eso lo haría sentirse más culpable.

Se acercó a su amante, colocó sus manos en las mejillas del mayor, este cerró los ojos disfrutando del tacto que la menor le brindaba, ¿Qué haría sin ella y sus caricias?, ¿Qué haría sin la voz de su amada?, ¿Qué haría sin verla todos los días?, ¿Qué haría sin el gran amor que ella le brindaba? ¿Qué haría si la perdía?

— Te amo, quizás por eso es que me duele tanto que esté pasando esto, dame tiempo para asimilarlo... démonos un tiempo — pidió con todo el dolor que su corazón podía tener.

Sovieshu no estaba mejor, escuchar aquellas palabras lo habían destrozado, pero la entendía, él hubiera estado igual o peor, asintió acatando lo pedido por su amada.

— Te daré el tiempo que quieras, como dije una vez, no te obligaré a nada — aceptó.

Ella sonrió agradecida, en un momento de valentía se puso de puntitas y le dio un beso en los labios, él correspondió a aquel acto.

Una lagrima solitaria bajó por la mejilla de Amira haciendo que aquel beso fuera agridulce para ella, pues muy probablemente ese sería el ultimo beso que ambos se darían.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now