YOUNG BLOOD (Haechan y tú)

41 / BUEN VIAJE

La nueva maestra era muy bonita, tenía una piel muy clara y usaba un maquillaje tan sutil que quedaba muy bien con su estilo clásico y pasaba desapercibido. De cabello largo, liso y oscuro; de ojos rasgados como un gatito y labios finos y brillantes.

          —Soy mayor que tú por dos años —asintió Yoojin—. Dime Unnie.

          —Oh, sí, lo siento, Unnie —me disculpé.

Nos encontrábamos comiendo juntas, me había ofrecido para enseñarle la escuela y poder hacer su bienvenida más cálida.

          —No, no. Es broma —rio—. No te disculpes, está todo bien, háblame cómodamente. Por cierto, hablas muy bien el coreano ¿Cómo lo aprendiste?

          —Bueno, desde adolescente me gustaba la cultura y comencé a aprender por mi cuenta, luego tomé clases —asentí—. Me gustan los idiomas.

          —¡Woah! Eso es genial —asintió mientras sonreía— Yo solo sé de números.

La chica era agradable y no podía negarlo, además, habíamos conectado sin problemas. Podía ver una linda aura saliendo de ella.

          —Buenas tardes, maestras —saludó Haechan.

          —Buenas tardes muchachos —saludó Yoojin—. Un momento, este pelirrojo me ayudo en la mañana con mis cosas, es muy atento.

          —Sí, Lee Donghyuck es así pero no le de demasiada confianza, no dejará de hablar —confesé.

Lee Jeno comenzó a reírse después de oírme delatar a su amigo. Haechan por su lado me miró con una expresión de sorpresa.

          —Está bien, me gustan los niños que no ocultan su verdadera personalidad —asintió la maestra—. Es el mejor de la escuela ¿no?

          —Ese es nuestro Lee Jeno —apunté con mi dedo al chico— En cada clase Lee es el mejor, ha mantenido sus notas desde que entró a escuela ¿no es así?

          —Sí, eso creo.

Lee Jeno siempre se ponía tenso cuando se hablaba de lo buen alumno que era, el chico no podía evitar ponerse tímido y en sus orejas podías notarlo, se tornaban rojas.

          —Entonces espero que seas el mejor en mi clase también —la maestra le entregó una gran sonrisa.

Al pasar los días me di cuenta que la maestra se había adaptado demasiado bien, ni siquiera le había costado demasiado acercarse a los alumnos. Su personalidad extrovertida le hacía más fácil hacer nuevas amistades y yo ya era parte.

          —Dios, Dohwan eres tan gracioso —rio Yoojin.

          —Pero es cierto, nunca pensé que los cuervos pudieran repetir sonidos de forma tan siniestra.

          —La mejor parte es que suenas igual al del video —comentó ella.

          —¿Eso crees?

Ambos se trataban como si fueran amigos cercanos, no sabía porqué pero a diferencia de ella yo no pude hablar sin honoríficos tan pronto.

         —¿Maestra que opina? —me preguntó Dohwan.

Me había concentrado tan profundamente en mis pensamientos que no sabia de cual tema hablaban ahora.

          —Perdón, no los oí ¿Qué me preguntaban?

          —Queremos ir hoy a un bar ¿Tienes tiempo?

           —Hoy... —me detuve a pensar—. Hoy es viernes ¡cierto! Que rápido paso la semana ¡Dios!