14 / LA FERIA

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Luego de pasar la tarde divirtiéndose en la piscina por la tarde era hora de ir a comer algo y en la misma hostal se había organizado una buena comida para todos.

Después de que todo el mundo se arreglara, de a poco fueron llegando al gran comedor que tenía la hostal. Estaba todo realmente reluciente y muy bien decorado. La iluminación del lugar era lo mejor, las luces cálidas hacían ver todo más veraniego. El ambiente tampoco era frío, estaba realmente temperado.

Los maestros estábamos sentados en una mesa especial para nosotros y desde ahí podíamos ver a todos los alumnos mientras se sentaban en las mesas con sus nombres.

          —Ah... tengo hambre —dijo de pronto Dohwan.

          —Sí, estos chicos —reí—. Aún no pueden venir todos ¿qué estarán haciendo?

Vi a Lee Donghyuck, Lee Jeno y Na Jaemin entrar por aquella gran puerta. La piel de Donghyuck se veía realmente dorada debido a la iluminación del lugar, aún me preguntaba porque él traía el cabello color rojo.

Luego de un par de minutos nos dimos cuenta que ya todos habían llegado, al menos la clase 3-A y 3-B estaban todos sentados. Gracias a eso comenzaron a repartir la comida, muchos platillos y el olor era exquisito.

El grupo de maestros hablaban sobre cosas bien aburridas, yo solo sonreía y asentía con mi cabeza pues no sabía que aportar con ese tipo de conversaciones.

Yo era treinta y seis años menor que el maestro del 3-A y treinta años menor que la maestra de la clase 3-C a diferencia con Dohwan que solo me llevaba por dos años. Pero noté que él ya sabía o se había acostumbrado a el tipo de conversación que mantienen las personas mayores.

Por la noche nos dirigimos a una feria que se hacía cerca del hostal, habían juegos mecánicos y fue ahí donde entramos específicamente. El parque era realmente grande y cada maestro se llevo a su grupo para subirse a diferentes juegos y que nadie se dividiera del grupo.

          —¡Hey! —exclamé al ver un grupo de dos chicos que se alejaban del grupo—. ¿Dónde van?

Los chicos se dieron media vuelta y como disimulando se juntaron nuevamente con el grupo, mi mirada asesina tenía efecto aún. Con las manos juntas y haciendo reverencias se adentraron al grupo de alumnos y no volvieron a separarse.

Mientras caminaba atrás de todos para asegurarme que nadie se distanciara vi a un grupo de tres chicos detenerse y girarse para mirarme.

          —¿Qué sucede? —les pregunté al acercarme a ellos.

          —¿Por qué camina sola maestra? —preguntó Donghyuck. Los chicos comenzaron a caminar junto a mí.

           —Porque ustedes quieren ir por otras partes —respondí mientras veía a los demás alumnos.

           —¿Nosotros? —preguntó Na Jaemin.

           —No exactamente ustedes pero otro grupo de alumnos quiso caminar hacia otro lado —respondí—. Mm... Zhong Chenle y Park Jisung, si mal no recuerdo.

          —Ah... los payasitos del curso —rio Jaemin.

          —Bueno, no son los únicos payasitos que conozco —respondí.

Cuando me di cuenta Donghyuck no estaba con nosotros, me detuve y me giré a ver. El chico se había quedado en un puestito. Rápidamente mandé a los dos chicos unirse y cuando vi que se unieron al grupo me dirigí hacia donde el pelirrojo.

          —¡Hey! ¿Qué haces aquí? —le pregunté al llegar a su lado.

El chico giró su cabeza y me miró hacia abajo, inmediatamente puso una sonrisa en su rostro como sabiendo que era su punto a favor.

          —Lee Donghyuck no desobedezcas —le dije—. Vamos. No te acusaré con el maestro si vienes de inmediato.

          —¿Y si quiero ir al baño? —preguntó.

          —No puedes hasta que tu maestro jefe te dé permiso —respondí.

          —¿Y si quiero comprar recuerdos?

          —No me hagas perder la paciencia —le dije tomando una bocanada de aire.

          —¿Por qué? —rio.

          —Lee Donhyuck —le hablé calmadamente.

          —¿Mm? —preguntó—. ¿Sí, maestra?

Si no hubiera sido su maestra lo hubiera agarrado de la oreja y lo llevaría arrastrando sin problemas hasta el grupo. Mi paciencia tampoco era de gran alcance la verdad, por tanto siempre trataba de mantenerme en de buen humor pero odiaba que me desobedecieran.

          —Camina —le amenacé con una voz tranquila—. Te quiero caminando delante mío, donde mis ojos te vean.

El chico asintió con cabeza mientras me miraba, no supe descifrar que tipo de mirada era, pero estaba segura que no estaba arrepentido ni un poco de lo que había hecho o dicho. Esa pequeña sonrisa en su boca me había hecho casi perder el temperamento.

El chico comenzó a caminar unos pasos delante de mí. Estaba jugando con mi paciencia, lo veía caminar hacia puestitos pero no se detenía y en cambio me miraba para luego dejar de hacerlo.

Cuando llegamos con el grupo no pude evitar la mirada del grupo de chicos y el maestro Jin Daeyeon me miró hasta que llegué a su lado.

          —¿Qué sucedió? —preguntó

          —Lee Donghyuck se me perdió de vista y cuando noté que no estaba tuve que devolverme para encontrarlo.

          —¡Yah, Lee Donghyuck! —gritó el maestro. El pelirrojo se dio vuelta a verlo—. Ven acá.

El chico vino caminando tranquilamente como si todo estuviera bien, su inocente expresión me puso los pelos de punta. No sabía si tenía doble personalidad.

          —La maestra me contó que se había separado del grupo —le dijo—. ¿Por qué desobedeces lo que ya se habló en clases?

          —Yo solo quería comprar un recuerdo —dijo inocentemente.

          —Ustedes me harán perder la paciencia —dijo el maestro rascándose la cabeza—. Te lo advierto Donghyuck, tenemos suficiente con tus travesuras.

—Per-

—¡Cállate! —le exclamó el maestro—. No me hagas repetirlo.

—Maestro no se exalte —le dije—. Él ya lo sabe, ya hablé con él. Prometió portarse bien, ¿Donghyuck?

El chico asintió repetidas veces con su cabeza mientras miraba al maestro con unos grandes ojos como si lo hubiera asustado.

El docente le pidió a Donghyuck que se fuera y el pelirrojo lo hizo rápidamente, claramente no había buena relación entre ellos.

Por mi parte odiaba la agresión verbal y sentía que la gente coreana se destacaba demasiado por gritar, lo odiaba. Por tanto me prometí no perder el control y siempre respirar, no quería ser ese tipo de persona.

Y menos si un adolescente como Lee Donghyuck ponía esa expresión cuando un maestro les gritaba, con miedo.

YOUNG BLOOD (Haechan y tú)Where stories live. Discover now