18 / AUDÍFONOS

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Me reí, sin quererlo me reí al verlo ignorándome. El chico me miró sorprendido. No pude evitar reír de lo impaciente que me estaba poniendo, no era tan fácil pero él lo lograba.

No quería tener hijos en el futuro.

Sin más remedio me senté a su lado en el sofá y lo miré, no sabía que hacer para que se fuera.

          —¿Te gusta hacerme impacientar?

          —¿Mm? —preguntó—. ¿La impaciento maestra?

Yo sabía que lo hacía con querer, ya estaba complemente segura. Solo que su expresión de inocente me dejaba perpleja, no podía entender como podía lucir tan inocente pero actuar tan imprudente.

          —Esta situación en la que estamos metidos no es normal —comencé—. No está bien que una maestra y su alumno se reúnan en un apartamento. Una mujer mayor no puede ser vista con un menor de edad.

          —El seis de junio cumplo dieciocho —asintió con su cabeza—. ¿Ya podría venir sin problemas?

          —Esto es surreal —sonreí—. Nunca me hubiera imaginado que una situación así ocurriera. Siempre estoy preparada para algunas situaciones pero esta es una que no me hubiera imaginado. No es como si le pasara a todo el mundo de todas maneras.

Escuché la risa de Donghyuck, al verlo se estaba cubriendo la boca mientras reía a carcajadas. Era como si hubiera contado el mejor chiste.

No había visto a muchas personas reír a carcajadas y verse bien a la vez, tenía una linda sonrisa. Noté que Donghyuck era una de esas personas y me odié por pensar así.

Dejé de mirarlo y miré el apartamento para ver si que no hubiera un brasier mío tirado por allí. De pronto sentí mi bolsillo vibrar y saqué mi teléfono, era una notificación de kakao.

Dohwan me decía en el mensaje que me dejaría comida y que le diera mi numero de piso y apartamento. Mi corazón se detuvo un segundo.

          —¡Yah, debes irte! —exclamé al ver al chico.

          —¿Por qué? ¿pasa algo malo? —preguntó preocupado.

          —Dohwan viene, el maestro me vendrá a dejarme comida.

          —¿Por qué? —preguntó insistente—. ¿Él si puede venir?

          —¿Qué significa esa pregunta? —le pregunté molesta—. Ni siquiera tengo porque darte explicaciones Lee Donghyuck.

Me puse de pie y abrí la puerta sin pensarlo, no tenía más paciencia que perder con él. Con la mano señalé salida mientras lo veía, puse la mejor expresión de molestia que recordaba que podía poner.

          —Vete de mi casa —le dije fríamente.

El chico me miró sorprendido, lo notaba porque abría ligeramente su boca. Miró el piso con el ceño fruncido, se puso de pie y salió de mi casa. Cerré la puerta y boté el aire que tenía en los pulmones acumulado.

Rápidamente anoté mis datos en el chat que tenía con Dohwan para que viniera, no podía negarme si era tan amable. Le pedí que trajera una mascarilla para que no se contagiara.

Después de diez minutos llegó, lo supe por el sonido del timbre.

          —Hola —lo saludé al abrir la puerta.

          —Hola Maestra... digo —rio y luego dijo mi nombre.

Le pedí entrar al apartamento por lo que lo hizo sin problemas, dejó la comida sobre la mesita de café y tomó asiento en el sofá. Pero apenas lo hizo se puso de pie rápidamente, miró donde se había sentado y de ahí sacó una caja de carga negra con stickers de ositos.

YOUNG BLOOD (Haechan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora