YOUNG BLOOD (Haechan y tú)

6 / DIVORCIO

Luego de aquella pequeña conversación con el pelirrojo me dirigí hacia el salón de profesores, ahí me encontré con la señorita Taeyeon. Me mencionó haber conversado la madre de Lee Jeno y que la había citado para el día de mañana a las tres de la tarde, era el horario donde yo no tenía clases a las cual atender.

          —Hola, pase. Buenas tardes —saludé a la señora que había entrado a la oficina, un lugar que tenían designado para esos casos.

          —Hola profesora —me saludó tímidamente, nos estrechamos las manos. Ella tomó asiento frente a mí, nos dividía un escritorio.

          —¿Usted es la madre de Lee Jeno?

         —Sí, un gusto. Soy Park Hana.

          —Un gusto —sonreí— Yo soy T/N, su maestra de inglés. La cité el día de hoy porque ayer pasó un evento extraño con su hijo.

          —¿Qué?, ¿está segura que fue él?

          —Claramente, puesto que yo fui la espectadora principal —comenté— Ayer durante mi clase, Lee Jeno estaba recostado sobre su pupitre, pienso yo durmiendo, por lo que yo le llamé la atención. Él me respondió con un "déjeme en paz", el cual sonó muy molesto. Luego le pedí salir de mi clase y al hacerlo, él pateó una silla.

          —Jamás me habían citado por un comportamiento así de mi hijo. Solo puedo decirle que me disculpo pero me sorprende, él no es así.

          —Lo sé, ayer hablé con algunos maestros y me dijeron que él no era ese tipo de chico. Yo llevo poco tiempo, pero durante lo que llevo, él jamás había sido así. Me preocupó, por eso la llamé.

          —Entiendo —dijo ella con expresión de confusión— Tal vez solo esté pasando por su adolescencia, pues nunca ha tenido un gran cambio en realidad. Eso no significa que no le llamaré la atención, lo educamos para que fuera alguien que respetara.

          —¿De verdad cree que a eso se deba su repentino cambio de humor?

          —Bueno... no le diga esto a nadie por favor, Jeno no quiere que nadie lo sepa.

           —Confíe en mí por favor.

          —El papá de Jeno y yo estamos en planes de divorcio, a decir verdad estamos haciendo los últimos trámites... él está sensible desde que le dijimos.

          —Oh... —esa era una razón suficiente para explicar su comportamiento— Ya lo entiendo, claramente está triste.

          —Siempre intentamos parecer una familia feliz, por eso él nunca se dio cuenta de la realidad. Ahora le hicimos elegir si quería vivir conmigo o con su padre y desde ahí que se encierra en su cuarto... ciertamente no es el mismo.

          —Es un proceso, el cual tendrá que afrontar como adulto. Es complicado pero trate de comprenderlo por favor, él vivía en su mundo de familia feliz.

          —Y ese fue nuestro gran error —la señora Hana no pudo aguantar y se le pusieron los ojos aguados, le vi rodar una lágrima por la mejilla— Yo solo quiero que él sea feliz.

          —Tranquila, él entenderá, es un niño inteligente y muy amable, solo está resentido. Hay que dejar que respire y piense un poco más las cosas, hay que darle su espacio. Es importante que usted le haga saber que siempre estará con él, independiente de la opción que tome.

          —Sí, gracias maestra —le ofrecí un papel para que se secara las lágrimas y ella lo tomó sin pensarlo— Gracias, y perdón por esto.

          —No se preocupe, todo está bien —le sonreí— Gracias por venir, de esta manera sabré como tratarlo y no volver a citarla.

          —Gracias por preocuparse por mi hijo.

Asentí con la cabeza y me puse de pie, nos inclinamos y estrechamos nuestras manos y así ella se fue por donde vino. Yo no había estudiado psicóloga ni nada parecido, pero sabía escuchar a las personas y eso me ayudaba a tener más conocimiento.

Esperaba que Jeno y sus padres pudieran arreglar aquel problema en su familia, puesto que al parecer era un pilar fundamental en la salud mental del chico.

Salí de la oficina y me dirigí hacia el salón de profesores, tenía que ordenar un par de materiales de trabajo que usaría para la siguiente clase y tenía que hacerlo rápido. Mientras ordenaba las cosas oí la puerta abrirse, me giré a ver y vi al profesor Woo Dohwan. Mostró su cálida sonrisa y se acercó hacia mí.

          —¿Ya hablaste con la madre se Jeno?

          —Si, así es.

          —¿Está todo bien entonces?

          —Si —le sonreí— Es solo que el chico tiene problemas familiares y está pasando por procesos. Necesita comprensión solamente.

          —Entiendo —asintió con su cabeza y se dio media vuelta— Bien, yo solo venía a buscar un cuaderno. ¡Aquí está!, nos vemos luego profesora.

Se fue tan rápido como llegó, por lo que me dio un poco de risa. Yo seguí en lo mío y me concentre en aquello, pues los chicos de las clases más bajas eran aquellos a los que les costaba más y me gustaba hacer la clase más didáctica por lo que los materiales eran audiovisual y algunas guías.

Al recreo salí a comprar un café a la cafetería, eran demasiado deliciosos. Mientras caminaba de vuelta me encontré con Jeno, paseaba solo y seguía mirando al piso mientras caminaba. Debatí conmigo misma sobre hablar con él, pero al final no lo hice y solamente seguí mi camino. Aún no lo conocía lo suficiente, sabía que era tímido con las personas que no conocía y no quería obligarlo a que hablara conmigo de algo tan personal e importante para él.

          —¡Profesora! —oí mientras caminaba. Me giré a ver y vi a Donghyck caminando hacia mí.

          — Alumno Lee, ¿tiene alguna consulta?

          —¿Pudo hablar con la madre de Jeno?

          —Entonces no la tiene —me di media vuelta y di unos cuantos pasos, pero me detuve al toparme con el chico delante mío— ¿Qué haces?

          —Mo me ignore, por favor.

          —Creo que eso es algo de lo tu no deberías preguntar, es confidencial, alumno. Si tiene dudas sobre alguna cosa de mi clase entonces puedo responder.

          —Jeno dice que sus padres ya no lo quieren y que lo abandonaran, cada uno irá por su lado. Se siente como una carga.

          —Donghyuck... —suspiré, aquel chico no tenía remedio— No digas eso a voz alta, él no quiere decírselo a nadie.

          —Profesora, me preocupa mi amigo —me dijo seriamente.