35 / QUEDARSE

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El día domingo ya estaba presente, sucedía que últimamente el tiempo pasaba tan rápido. Odiaba que los fines de semana se sintieran tan cortos, sentía que siquiera descansaba lo suficiente.

Tenía aún trabajo por hacer, algunas pruebas que revisar.

Se hacía todo más complicado con Haechan dando vueltas por la sala de estar, el chico no podía estar tranquilo.

De pronto se sentó a mi lado en una silla del comedor, apoyó sus brazos sobre la mesa y luego recostó su cabecita pelirroja. Me estaba mirando mientras yo revisaba los papeles, estaba realmente concentrada, no podía equivocarme. Mis ojos sin embargo, no podían evitar verlo en cortas oportunidades.

El chico se aburrió rápidamente y se alejó.

Cuando busqué mi libro para hacer una revisión de contenido me di cuenta que no estaba conmigo, rápidamente di un vistazo por la habitación pero no estaba. Miré incluso en el piso pero ni rastro de él había.

          —¿De casualidad? —pregunté.

Al entrar a la habitación no tuve que terminar de formular la pregunta, pues, el chico estaba recostado sobre mi cama leyendo mi libro, como si fuera un libro de historias.

          —Necesito ese libro ¿me lo das?

          —Mm... no quiero —replicó—. Estoy leyéndolo.

Me acerqué a él, tomé asiento a su lado. Rápidamente el chico cerró el libro.

          —Haechan, lo necesito.

          —Intenta quítamelo —dijo. Sacó su lengua y se puso de pie sobre la cama—. Vamos, quítamelo.

          —No es divertido, Haechannie —me puse de pie sobre la cama—. De verdad necesito eso, dámelo ¿sí?

El chico rio como si yo hubiera contado un gran chiste y comenzó a alejarse de mí, rápidamente comencé a perseguirlo. La cama se movía tanto que pensé que caería. El chico aprovechó mi pérdida de equilibrio y corrió hacia fuera de la habitación, nuevamente lo seguí.

En ese momento se encontraba de pie sobre el sofá, saltaba mientras reía.

          —Sé un buen chico y devuélvemelo.

Realmente parecía que era yo quien necesitaba trabajar la resistencia, me había cansado como si hubiera hecho un gran esfuerzo.

          —No quiero, no lo haré —se burló—. No puedes necesitarlo más que a mí.

          —Veamos —rápidamente subí al sofá—. Si me lo das, te daré un beso.

          —No, no me convences. Siempre quieres besarme.

El chico rio, se bajó del sofá y corrió nuevamente. En esta ocasión corrió hacia el pequeño balcón fuera de mi habitación. Lo pillé desprevenido porque se encontraba mirando el cielo. Rodeé su estómago con mis brazos, lo oí reír nervioso como si lo hubiera sorprendido. Pero había subido ambos brazos y tenía el libro sobre su cabeza.

          —¿Qué quieres de mí? ¿Qué pides a cambio de ese feo libro?

          —¿Me darás lo que pida? —preguntó. Giró su cuerpo, podía sentir su corazón latir rápidamente—. ¿Sin condiciones?

          —Me da miedo saber ahora —reí—. Pero un chico inteligente como tú no pediría algo estúpido, lo sé.

          —Quiero tu corazón —mencionó—. Quiero que siempre me pertenezca, no puedo dejar que se lo entregues a alguien más. Te daré este horrible libro y además te daré algo más, mi corazón.

YOUNG BLOOD (Haechan y tú)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن