2 / LA REVELACIÓN

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Al siguiente día había tenido clase a la primera hora con el curso mas pequeño de la escuela, los jovencitos se había portado excelente, hasta ahora no tenía problema con los alumnos y me sentía más cómoda en clases. Pasó receso, nuevamente clases, ahora eran niños más grandes e hice la misma presentación, todo iba bien. A la hora de almuerzo salí de la clase a la cual le había hecho clase y fuera de la puerta me topé con un chico de cabello rojo.

          —¡Oh, me asusté! —exclamé.

          —Hola Profesora, ¿irá a almorzar? —preguntó Donghyuk.

          —Oh, si... eso haré ahora, usted alumno debería hacer lo mismo.

          —Si, eso haré... ¿la acompaño? —el pelirrojo estaba sonriendo, cuando sonreía sus ojos no se veían. No sabía si dar esa confianza a un alumno sería buena idea pero cuando lo estaba pensando llegaron dos alumnas al lado de Donghyuk.

          —Haechan, ¿irás a almorzar?, ven con nosotros —sonrieron las chicas. Decidí dejar a los adolescentes conversar y me arranque mientras pude con mis cosas, el hambre me invadía.

Dejé mis cosas en el salón de maestros y salí en dirección a los comedores, los alumnos y profesores comían en el mismo lugar. Caminé y llegué al lugar donde se elegía lo que quería comer cada uno para luego ponerlo en tu propia bandeja de almuerzo. Tantas cosas por elegir y aún no conocía como se debía comer cada cosa y con suerte sabía tomar los palillos. Elegí arroz y unos acompañamientos más que se veían sabrosos.

          —Profesora, ¿por qué no me esperó? —Donghyuk estaba al lado de mí respirando extrañamente rápido, con manos en sus caderas como si fuese una autoridad a la que había que respetar.

          —¿Debía hacerlo alumno?, estaba con sus amigas. Además debería estar con otros alumnos, no conmigo —este alumno era extraño, supuse que se sentía mal por haber llegado atrasado ayer y ahora quería de alguna manera quedar bien.

          —Pero... es que-

          —No te preocupes Donghyuk, si estás así por lo de ayer está bien, lo olvidaré, ya que te has portado bien conmigo —sonreí y me dirigí a sentarme en una mesa vacía para comer mi almuerzo. Mi estómago rugía pidiéndome comida, lo estaba castigando por conversar con un alumno.

          —Espere, no, quería preguntar unas cosas —lo espere mientras elegía su comida, lo hizo rápidamente y nos sentamos en una mesa vacía.

          —¿En que tienes duda?, ¿verbo to-be quizás? —sonreí. Todos siempre tenían esa duda y se confundían, para ser sincera yo también me confundí cuando lo estaba aprendiendo en la escuela.

          —¿Usted... cuántos años tiene? —esa pregunta me sorprendió, recordé no haber dicho mi edad cuando me presenté.

          —Veinticuatro. Pensé que preguntarías por inglés —este chico sí que era cosa especial, se me imaginaba que era el tipo de alumno que preguntaba de todo.

          —Entonces, es la maestra más joven, después de usted vendría el profesor Woo Dohwan, desde que entré a esta escuela siempre he visto a los mismos profesores... excepto en inglés. ¿Sabe por qué la contrataron profesora?, los profesores de inglés que hemos tenido no son nativos y hablaban el inglés con acento Coreano, por eso decidieron traer alguien con acento nativo —el chico estaba muy informado, me sorprendió con la fluidez que soltaba la información sin importarle si era algo personal o algo secreto.

          —Lee... ¿por qué sabes tanto?

          —Bueno, es fácil enterarse de los chismes aquí —sonrío y tapó su boca rápidamente.

          —¿Cuántos años tiene el profesor Woo Dohwan?—estaba segura que era el profesor que me había ayudado cuando estaba buscando el salón de Donghyuk.

          —Creo que... me parece que veintiséis, sí, debe haberlos cumplido... eso creo —Donghyuk estaba hablando con la boca llena de comida. Aún no estaba acostumbrada a la forma de comer de los Coreanos, me aturdía el hecho que hicieran sonidos mientras comían.

          —Lee Donghyuk, come primero, luego hablamos —ya había terminado mi almuerzo antes que el pelirrojo, el chico hablaba tantas cosas que me había dado tiempo de comer sin prisas.

          —Bien, ¿Qué le pareció mi abuelo, fue simpático?

          —¿Abuelo? ¿de qué hablas?

          —El director es mi abuelo, ¿no sabía? Es simpático —asintió el pelirrojo— Siempre me está dando dinero para que compre dulces, aún cree que soy un niño pequeño... pero lo quiero, siempre se preocupa por mí

          —No lo sabía, me trató bien.

Estaba en shock. Si Donghyuk era su nieto entonces tal vez no debía comportarme tan estricta, podrían echarme del trabajo por regañar al nieto del Director. Agradecí por este momento, después de todo era bueno que Donghyuk soltará toda esa información y fuera buen hablador.

          —No se ponga así profesora, no se preocupe, le conté a mi abuelo que me regañó por llegar tarde y se rio, me dijo que me lo merecía. A veces creo que no me quiere tanto como dice.

          —Tu abuelo fue un caballero y muy educado, espero que tu seas así desde ahora.

          —Lo soy profesora, por eso la acompañe a almorzar.

          —Bien, ahora me iré, recuerde que la próxima hora tenemos clases... no llegue tarde —tomé mi bandeja de almuerzo y la fui a dejar.

Me encontraba en el salón de profesores, ordenaba mis cosas para lo próxima clase cuando sentí una cálida mano sobre mi hombro, me di media vuelta en la silla y me encontré con un hombre alto de pie tras mío.

          —Disculpe profesora, no quería asustarla —la cara con la que me habría encontrado era la del profesor que me había ayudado a encontrar el salón.

          —¡Oh!, no sé preocupes profesor... ¿Do Hwan?

          —¡Wah!, habla el coreano muy bien... sí, ese es mi nombre. ¿Ha tenido algún problema?  ¿con los alumnos por ejemplo? 

Este hombre era guapo, no tenía como negarlo y esa voz grave lo hacía ver aún mejor. Traía la partidura en su cabello por el lado izquierdo y vestía un esmoquin ajustado de color azul que le quedaba de maravilla. Sacando la cuenta él podría estar midiendo metro ochenta.

          —Ah... sí, hasta ahora todo bien, gracias por preguntar. Gracias de nuevo por ayudarme a encontrar el salón —sonreí y lo miré directamente a los ojos.

          —Oh, no, eso no es nada. Bueno, que le vaya bien en su próxima clase, Adiós —se despidió con su mano y salió del salón. Me quedé mirando la puerta como una tonta, al segundo se abrió la puerta otra vez y entró el profesor nuevamente.

          —Olvide mis cosas, no puedo hacer clase sin mis cosas —sonrío avergonzado y tomó sus cosas para salir rápidamente del salón otra vez.

YOUNG BLOOD (Haechan y tú)Onde histórias criam vida. Descubra agora