38 / GALLETAS

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El aseo de casa estaba completo, ni una sola mota de polvo en el piso o en los muebles. Estaba tan limpio y ordenado como me gustaba, podía ver mi reflejo en cada cosa.

Me relajé en el sofá para tomar un descanso del agitado aseo que había realizado en casa, realmente era agotador. Me di cuenta que eran las cinco de la tarde, iba a tomar un baño antes que llegara el chico por lo que rápidamente me puse de pie y entré al baño.

Me di cuenta que algo pasaba cuando eran las seis de la tarde, Haechan no venía y no respondía mis mensajes. Simplemente me había ignorado, lo sabía, él había leído cada mensaje. Entonces noté que le había molestado lo ocurrido el día anterior.

Nada podía hacer, después de todo él era un poco inmaduro y sabía que era lo normal para su edad.

El problema mayor era que no me me estaba gustando que me ignorara, me sentía molesta de pronto. Pero no tenía sentido que le diera tanta importancia, no tenía sentido ya que no había sido yo quien había rogado por una oportunidad.

          —Lee Donghyuck ¿Cuál verbo debería ir aquí? —pregunté.

          —Went —respondió sin siquiera mirarme.

          —Bien, todos, terminen esto antes de salir a receso —informé.

Haechan actuaba dolido, ni siquiera me prestaba atención en el salón.

Como día lunes, la primera clase de inglés que tenía era con el salón 3-A. Pensé que Haechan iba a olvidar todo y me prestaría atención como solía hacerlo, pero me equivoqué.

De todas maneras me comporté, no iba a darle en el gusto por una tontería.

Nos ignoramos mutuamente.

          —¿Noona por qué me ignoras?

Al final el pelirrojo no aguantó mucho sin hablarme, apareció al termino de los talleres en mi salón de español el día martes. Una vez dentro del salón, el chico cerró la puerta y me acorraló para interrogarme.

          —Tú eres quien me ignora, Lee Donghyuck —respondí—. Simplemente hago lo mismo que tú.

          —Deberías disculparte, no ignorarme —agregó—. No puedo creer que yo te importe tan poco.

          —Vamos, no empieces con inventos —suspiré y me alejé—. Salgamos de aquí, es sospechoso que la puerta este cerrada.

          —Si esta cerrada la puerta es porque no hay nadie dentro, nadie querrá entrar Noona. Además, no saldré hasta que te disculpes —insistió.

          —Lo siento ¿sí? —repliqué—. Ahora, salgamos de aquí.

          —¿Por qué te disculpas?

          —Porque eso quieres. Te estoy dando lo que quieres ¿no es lo que siempre buscas?

          —No sabía que me veías de esa forma, Noona —suspiró. El chico se alejó un poco pero su mirada seguía fija en la mía—. Solo quería que te disculparas sinceramente, que lo sintieras. Sé que me pediste ese día que me fuera pero yo esperé cada día anterior a ese, solo quería que llegara el sábado para poder dormir en tu casa, contigo. Juntos. Lo prometiste.

Lo había olvidado, debía aceptarlo para mí misma. Cuando lo acepté me sentía más triste y culpable, entendí un poco su desesperación por saber la hora de mi llegada.

          —Lo olvidé, Haechan —confesé mirando al piso—. Lo siento...

          —¿Lo olvidaste? Lo pensé —dijo con una sonrisa amarga—. Está bien, entiendo. Supongo que lo nuestro aún es volátil para ti. Tienes otras prioridades.

YOUNG BLOOD (Haechan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora