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Resumen: Después de un horrible sueño profético, te encuentras viajando en el tiempo para tratar de salvar a tu hermana, Daenerys, de su fatal ascenso al Trono de Hierro. Durante tu misión, tu corazón te desvía de tu deber y te enamoras de tu antepasado.
Advertencias: obscenidad
N/A: Te aconsejo que uses un traductor valyrio alto para las pocas palabras que usas, para profundizar en los sentimientos.
Los dedos de Daemon comenzaron a desatar los cordones de tu vestido, trabajando para quitarlo mientras sus labios viajaban a tu mandíbula y cuello, provocando suaves gemidos de ti mientras besaba tu suave piel.
'' Daemon .'' Dejaste caer tu cabeza hacia atrás para darle más espacio para besarlo, tus dedos agarrando su musculoso hombro a través de su delgada camisa.
Arrastró sus labios hasta tu hombro, besándolo tiernamente mientras comenzaba a bajar la tela de tu vestido, dejando al descubierto un poco de piel. Tu corazón latía con tanta fuerza en tu pecho que parecía que iba a explotar.
¿Por qué algo que se siente tan bien tiene que estar tan mal?
Ignoraste la vocecita en la parte de atrás de tu cabeza, deslizaste tus manos más abajo sobre la espalda de Daemon y comenzaste a tirar de su camisola. Al recibir el mensaje, soltó tu rostro y levantó los brazos para que pudieras quitártelo. Lo tiraste al suelo detrás de ti y te inclinaste hacia atrás, observándolo a él y su belleza, tal como él te estaba observando a ti en este momento. Pasaste las manos por su pecho, tocando cada contorno de cada músculo de su cuerpo de guerrero descubierto.
En el resplandor de la luna, viste las cicatrices de batalla en su pecho, hombro y cuello; una gran mancha rojiza de tejido cicatrizado con crestas duras: un diario físico de sus batallas. Los sentías bajo la punta de tus dedos, trazando las líneas blancas serpenteantes. ¿ Fueron quemaduras ?
Abrió la boca para decir algo, pero no pudo encontrar las palabras.
Captando tu tren de pensamientos, Daemon dirigió tu atención a otra parte, sacándote de la puerta y llevándote a la cama, su cama, antes de que tus pechos vieran la luz y pudiera llevarte contra esa puerta. Su boca volvió a conectarse con la tuya mientras se sentaba, su lengua pinchaba tus labios para que la dejaras entrar y rozaba los tuyos mientras tus manos trabajaban en los cordones de sus pantalones. Era un ángulo inconveniente, tú parado entre sus piernas, pero seguiste su ejemplo.
Las manos de Daemon se deslizaron bajo la falda de tu vestido, complacido de encontrar tus piernas desnudas. Agarró tu muslo con firmeza, luego tiró de ti hacia abajo y acomodó tus piernas a cada lado de él. La tela de tu falda se había subido, dejando al descubierto más piel de la que una mujer debería dejar sin estar casada. Él ahuecó tus nalgas y te empujó contra él, presionando su cuerpo contra el tuyo para que sintieras el bulto en sus pantalones rozándote. Jadeaste, una sensación extraña que se sentía como fuego corriendo por tus venas llenando todo tu cuerpo desde tu centro. ¿Era este el fuego del dragón?
