¡Estoy dentro! | Jasper Hale

Capítulo 21

A pesar de los esfuerzos de Carlisle por ayudar a Jason, éste no se repuso.

El joven estaba internado en el hospital del pueblo, y aunque sus heridas habían sido atendidas no mejoraba, todo lo contrario, su salud decaía a cada minuto. Era bien sabido que las grandes impresiones eran dañinas para él y para Clara, hacía unos días la chica había tenido que ir al hospital por culpa de una crisis que derivó en la pérdida de la visión, ahora solo quedaba esperar que la situación de Jason no llegase a tales extremos.

La buena noticia es que se mantenía consciente. Estaba en la cama, sentado, con su espalda apoyada contra la almohada y la cabecera. Seguía llorando, algo poco común en él, quien solía evitarlo. Apretaba sus manos la una contra la otra, y realizaba gestos nerviosos, como pellizcar de vez en cuando su piel, como si quisiera que el dolor físico le distrajera del emocional. Edward solía tomar su mano cada que eso sucedía, para impedirle provocarse algún tipo de daño. El chico no hablaba, ni siquiera con su novio, quien se veía terriblemente preocupado por él.

—¿Quieres algo de tomar? —preguntó Edward, sin esperar ni por un instante que Jason reaccionara como lo hizo. El chico se tapó el rostro con ambas manos, era como si quisiera esconderse del mundo entero— ¿Estás bien? —el vampiro se incorporó, alarmado.

Jason no dijo nada, solo estiró un brazo para darle a entender a Edward que no se acercara. Los recuerdos volvían a él con suma facilidad, hasta la más mínima cosa traía el espantoso momento de vuelta a su mente. En esta ocasión, la pregunta que le hizo Edward desencadenó una rememoración de todos los sucesos de aquella tarde. Él le había hecho exactamente la misma pregunta a Clara antes de dejarla sola al ver que Jasper acababa de llegar al jardín de los Cullen, Jason usó como excusa el ir por algo de beber para poder brindarles un poco de privacidad. No había sido en aquel lapso en el que llegaron los otros vampiros, pero bastaba con recordar aunque fuera un pequeño instante del día para que toda una ola de imágenes sangrientas y grotescas inundaran su cabeza.

—No sé que piensas —dijo Edward, le dolía y le hacía sentir impotente no ser capaz de entender lo que le pasaba a Jason—. Ven —dijo Edward, tocó con cuidado la mano de Jason y la movió para poder ver su rostro. Se encontró con la mirada inundada de lágrimas del joven, sus ojos verdes estaban rodeados por un rastro rojizo producto de la hinchazón que el llanto provocaba. Se veía tan asustado—. Ven —repitió Edward, y Jason se enderezó al mismo tiempo en que Edward se sentó en la orilla de la cama. El humano se refugió en el abrazo del vampiro, de inmediato una ola de alivio recorrió su cuerpo, era como si sus demonios optasen por respetar al inmortal que le hacía compañía—. Aquí estoy, amor. Aquí estoy.

Edward cerró los ojos cuando escuchó como Jason se soltaba a llorar. No era como hacía unos segundos, en los que las lágrimas caían silenciosas y vacilantes, pues ahora el llanto era acompañado de los pequeños gritos de dolor del chico. Se aferró a la camisa de Edward, y se permitió soltar todo el miedo que tenía dentro de sí. El vampiro afianzó su abrazo y acarició el cabello de Jason, quería transmitirle un poco de seguridad y tranquilidad. No sabía cómo ayudarlo y eso lo atormentaba.

—No pude hacer nada —dijo Jason con la voz entrecortada.

—Lo intentaste —dijo Edward—. Casi mueres intentando protegerla, hiciste todo lo que estuvo en tus manos —Edward sintió como su propia camisa comenzaba a humedecerse en aquella zona donde Jason escondía su rostro.

—Yo tenía que cuidarla —dijo Jason, una parte de sí había escuchado las palabras de Edward, y la otra hacía por completo caso omiso a ellas.

—Shhh —Edward intentaba calmarlo, comenzó a mecer sus cuerpos de adelante hacia atrás de forma suave. A Jason le recordó al vaivén de las olas en un día sin viento, era un movimiento dulce, que le arrullaba. Esto, sorpresivamente, le ayudó a tranquilizarse un poco.