'¿Epílogo?' '¡Epílogo!'

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Era mal momento para estar pelón.

¿Por qué había pensado en cortarme el pelo a solo días de mi cumpleaños? Parecía un huevo calentado de manera natural, mi pobre frente iba a morir de las quemaduras que me estaba dejando el desgraciado sol.

—Abre tu regalo, Jeffry —insistió mi mejor amigo —. Seguro y te sorprende.

Acababan de cantarme el clásico feliz cumpleaños y yo no sabía qué cara poner cuando todas las personas presentes querían hacer contacto visual conmigo. Hacía mucho que me había acostumbrado a tan poca atención, tener a mis vecinos conviviendo con mis tíos, mi abuelo, mi hermana y mi mejor amigo, no era algo que lo miraba todos los días.

—Jeffry...

Él volvió a insistir.

—¿Son las llaves de un auto? —pregunté, antes de que mi amigo sacara su regalo.

—¿Auto? ¿Para qué quieres auto? Tu familia tiene una compañía de comercialización de autos. ¿Para qué me pides uno a mí? Además, tienes un estacionado abajo y nunca lo utilizas.

—¿O sea que no hay auto?

Negó.

Más que resignado, extendí mi mano para que pusiera su regalo en la palma.

—Esto pesa mucho —le hice saber.

Por su mirada llena de orgullo, parecía que nada bueno había en esa envoltura.

—¿Es un poni?

—No es un poni, ¿para qué quieres un poni, Jeffry?

—Todos queremos un poni.

Yo estaba más que curioso por saber que era su regalo, pero me mantenía indiferente para que él siguiera reprochándome mi lentitud.

—No toques las lechugas, tío. Esas no se tocan, tampoco los tomates y todo lo que miras en mi hortaliza —regañé a uno de mis tíos. Quien se acercaba con toda la intención de cortar algunos vegetales que a penas y venían creciendo. Hablé lo suficiente fuerte para que las demás personas en la azotea escucharan.

No podía concentrarme en el regalo de mi mejor amigo: ya que celebrábamos mi cumpleaños número veintiuno en la azotea de mi edificio, todos iban directo a mis hortalizas, casi parecían llegar a eso, y no a la supuesta fiesta.

—¿Por qué insistes tanto en que abra el regalo? —renegué, rompiendo la envoltura de lo que parecían tres o cuatro cuadernos mal envueltos —. ¿Los robaste de la editorial de tus padres? Sabía que no te gustaba gastar, pero no creía que exageraras tanto con el precio de las cosas.

Mi amigo no me dijo nada, iba a seguir molestando, pero guardé silencio al observar que se trataba de algo personal.

Un cuaderno rojo, uno amarillo, otro verde, hacían el intento de ocultarse en aquel papel.

El rojo tenía escrito: LA

El amarillo: HISTORIA

Y, por último, el verde: DE ROYCE.

Los tres con la letra de mi hermano.

—¿Cómo los encontraste?

—Estaban entre mis cajas viejas —él estaba incluso más emocionado que yo.

—Qué casualidad.

—Ya lo creo...

Mis dedos temblaron al rozar con la pasta gruesa del que tenía el número uno arriba.

'La ex maestra de mi hermano'

Recuerdo cuando la maestra se acercó a mí. Casi nunca se acercaba a mí. Entonces pensé: "ella al fin ha venido a mi mesa, seguro me felicitará por mi trabajo"

La Historia De Royce (✔️)Where stories live. Discover now