'El primer año en la escuela'

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Cuando entré a primer grado: las cosas siguieron de la misma forma. No tenía compañeros nuevos, por el contrario, habían dividido las secciones y algunos de mis pocos conocidos agradables se habían separado de mí. 

Eso no presentó un gran cambio en mi vida, pues, sin ellos yo seguía siendo el mismo chico desinteresado de siempre. 

—He dicho que te concentres —repitió mi hermano, con el mismo tono de tranquilidad que lo caracterizaba.

—He dicho que me estoy concentrando —respondí, pegando mi cabeza a la mesa.

—No golpees tu cabeza —puso una mano entre la mesa y mi cabeza para evitar que me golpeara.

—¿Qué? Tranquilo, no pasará nada —le resté importancia al asunto.

—No golpees tu cabeza —. Hizo una pausa para cada palabra.

—Bueno... vale

Una sonrisa cuadrada se formó en sus labios: mi hermano era tan tranquilo, no importaba la situación, él siempre se mantenía tan calmado, en ocasiones dudaba que fuera mi hermano. Yo era bastante impulsivo y pocas cosas me trasmitían calma.

—El primer grado es una mierda —puse una mueca de desesperación mientras agarraba los libros de lectura —. La mitad de las cosas que están aquí no las entiendo —casi tenía ganas de llorar.

—Acabado a los 7 años —masculló mi hermano, divertido —. Solo tienes que unir las sílabas, ya sabes como se pronuncia cada sílaba. Lo único que tienes que hacer es pronunciarlas por separado y luego unirlas, de esa manera tendrás la palabra completa.

—Soy un inútil —volví a pegar mi cabeza contra la mesa, la mano de mi hermano detuvo el golpe.

—No eres un inútil, si sigues diciendo eso serás papa frita —levanté mi cabeza y abrí mis ojos lo más que pude.

 Lo mejor sería hacerle caso, no estaba en mis planes ser papa frita.

—Si la "m" con la "a" es "ma" y la "p" con la "a" es "pa" ¿Qué palabra se forma?

Ladeé mi cabeza, pensando que hacer ese movimiento me ayudaría a obtener más información.

—¿Pama? —mi hermano arrugó su nariz y negó con la cabeza.

—No estás tan mal —suspiró, luego dijo la respuesta correcta y toda la tarde estuvimos así. 

En ocasiones decía unas respuestas incorrectas, él me corregía, la agarraba el hilo a la situación, me olvidaba del hilo de la situación y volvía a decir alguna respuesta incorrecta.

Él nunca alteraba la voz, tampoco me escupía en la cara cuando me explicaba cada lección. Eso me hacía sentir menos fracasado, era como si su seguridad y tranquilidad también me trasmitiera seguridad y tranquilidad a mí mismo.

Todos esos años que no había estado conmigo, cuanto lo había extrañado. No quería que me volviera a dejar solo con mis padres y mis hermanas. Me torturaba la idea de estar solo con ellos nuevamente.

...

Mis primeros años fueron menos dolorosos gracias a ti. A tu manera de ver la situación, a como apretabas mis manos cada que me sentía débil. Durante mucho tiempo, mi vida estuvo bien.

La Historia De Royce (✔️)Where stories live. Discover now