'Un casi momento romántico'

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—Es obvio que te gusta —volvió a repetir como por quinta vez.

—¿Tú crees? ¿Qué me delata? ¿Mis ojos puestos en él o la baba que sale de mi boca? —mi amigo entrecerró los ojos como un pollo y se acercó más.

—Si te gusta deberías decírselo.

—Ah, claro, tienes ideas muy buenas, querido. Voy y le digo: hola, me gustas mucho, ¿te apetece intercambiar saliva conmigo?

—Eres el rey del drama, Jeffry —me senté porque en verdad ya había estado demasiado tiempo viendo al chico.

—¿Cómo se llama? —me gustaba estar con mi amigo, pero se estaba convirtiendo en un verdadero grano en el culo —. Jeffry y el chico futbolista forever —escribió con su lápiz rojo sobre una hoja amarilla.

Me apresuré a guardarla, no quería que nadie la viera y eso arruinara mi reputación.

—No la guardes, estoy manifestando para que las cosas se den bien entre ustedes.

Lo miré de reojo y le puse mala cara.

—Deberías manifestar para que yo tenga un trasero grande —estaba intentando hacerme el gracioso para así cambiar de conversación.

Él no respondió, entonces eso me puso más nervioso. ¿Yo? ¿Nervioso?

—Tengo que admitirlo, es lindo —confesó, elevando una ceja.

Estaba avergonzado de ser tan obvio con él.

—Aja.

—No me malinterpretes, es lindo, pero para ti —gran aporte.

—No me interesa —me acosté sobre la banca en la que estamos.

—Excelente movimiento, te acuestas sobre la banca para que te peguen con el balón en la cara y él venga hacia ti a disculparse —me levanté de golpe.

Yo era jodidamente torpe cuando una persona me interesaba de forma romántica.

Él se burló.

—Si sigues así no te hablaré en lo que queda de la semana.

Entonces, como por fortuna del destino, dejó de hablar, pero sus miradas eran incluso más incómodas que sus comentarios.

—Fui a su casa —inicié diciendo —. Incluso comí con su familia.

—¿Y? —él estaba entre dudando si interrumpirme o no hablarme.

—Es jodidamente normal, se hablan con educación y todo.

Bromeé al respecto. A pesar de querer algo así, pero con mi familia.

—No se gritan.

—Eso es genial.

—Y comen sin hablar del trabajo.

—Encajas a la perfección en la familia de tu futuro novio.

—Sí.

El maldito comenzó a burlarse.

—No quise decir eso... solo que... mira, deja de molestarme —lo señalé. No me gustaba comportarme como un inútil torpe, siempre era yo quien tenía el control de la situación.

Enamorarse era asqueroso.

Me puse de pie cuando miré que mi amigo se levantó.

—Necesito irme.

Yo estaba mirando si se llevaba su licuado o lo dejaba en la mesa.

—Aja.

—Nos vemos a la salida. ¿Te parece?

La Historia De Royce (✔️)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora