'El matrimonio de mi hermana'

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—¿Estás de acuerdo con esto? —preguntó mi mamá a mi padre. Este se encontraba indiferente, como de costumbre —. ¿No dirás nada? —su cara de enojo decía que quería matar al causante de su desgracia, por primera vez, después de mucho tiempo, yo no era el causante principal de su desgracia.

—Me casaré con él. Lo amo, en verdad lo amo. Papá y tú comenzaron desde cero, yo sé que también puedo comenzar desde cerco junto al hombre que amo y formar una linda familia.

La voz de mi hermana seguía dependiendo de un hilo, parecía que solo decía eso porque ella no tenía la confianza necesaria en su próxima nueva vida como esposa de un adolescente desempleado.

No tenía nada en contra de los adolescentes desempleados, pero su precipitación por asumir la responsabilidad de tener una familia era algo que no me agradaba.

—Dice que tendrán una familia como la nuestra —mantuve al tanto a mi hermano mayor. Quien simulaba leer su libro —. ¿Eso es un premio? —arrugué las cejas y él me dedico una sonrisa cerrada.

—¿Crees que es un premio, Jeffry? —cuestionó con tranquilidad.

—No considero que una familia como la nuestra sea considerada como un premio del cual presumir —contesté con toda la seguridad del mundo y mi hermano únicamente acarició mi cabeza, jugando con mi cabello.

No me interesaba lo que mi hermana hiciera con su vida, pero... ¿Si ella se iba podía tomar su habitación y dormir en su cama grande?

—¿Piensas que se lleve su blusa de colores? —le quité el libro de enfrente para que mi hermano pudiera contestar mi pregunta.

—¿Su blusa de colores?

—Si, ya sabes, la que tiene flores y tiras colgando por todos lados.

Él se acercó para mirarme directamente a los ojos. Últimamente, no sonreía mucho y cuando lo hacía parecía que solo se estaba esforzando para que yo no me preocupara. 

Las salidas con sus amigos se habían resumido a oraciones cortas en donde él los rechazaba por teléfono, dormía la mayor parte del tiempo, pero su cara amanecía incluso más cansada que el día anterior.

—No creo que quiera dejarte la ropa, pero si gustas puedo comprarte una camisa más linda que esa —su respuesta hizo que apartará mi mirada y me volviera a concentrar en la discusión que tenía mi madre con mi hermana.

Ya estaba arreglado: tenía camisa nueva.

En resumen: mi hermana mayor insistía en casarse con un chico que había conocido hacía unos meses. El chico era cinco años menor que mi hermana, apenas había terminado el instituto y, pese a que ya era legal, ambos se encontraban en situaciones diferentes.

¡Ay, la vida amorosa de los adultos daba asco!

—¿DÓNDE HA QUEDADO TU EDUCACIÓN? —gritó mi madre.

Por el culo, seguro.

—¿Crees que querer hacer mi vida no es tener educación? —contestó mi hermana mayor con el mismo aire de superioridad.

Iguales, ellas eran iguales.

—Somos tus padres, ¿piensas abandonarnos? —la señora relajó el semblante y suavizó su voz.

Odiaba eso. En realidad, odiaba muchas cosas en la vida, pero más el que los padres mendigaran amor a sus hijos o que la relación entre padres e hijos se basara en una devolución: te doy esto, tú tienes que devolverlo así.

—¿Quieres que siga en casa? ¿QUIERES QUE SIGA EN ESTA ESTÚPIDA CASA? —se detuvo —. ¿PIENSAS QUE QUIERO SEGUIR AQUÍ? SUS DISCUSIONES CONTANTES ME VOLVERÁN LOCA.

Todo ese tiempo había estado de pie, pero me senté al escuchar los gritos.

—Estoy cansada de sus discusiones enfermizas, no quiero seguir aquí, quiero hacer mi propia vida. Ustedes me enferman —escupió con asco. 

Tenía que aprender a hacer esas escupidas, le daban un toque a la discusión.

—Somos tus padres —remarcó mi madre, aún más cerca de ella.

—Lastimosamente —dijo entré dientes mi hermana. Esa palabra hizo que mi padre se levantará. Dejará el periódico que, según él había estado leyendo, se acercará a mi hermana y le diera una abofeteada justo en su mejilla izquierda.

—Jeffry... —al escuchar aquello, mi hermano me sujetó de los hombros y me giró hacia donde él estaba —. ¿No ibas a jugar con mi prima y sus amigos?

Su cara estaba preocupada. Hasta cierto punto comprendía. La violencia y los jóvenes, blablablá, todo ese cuento, pero a mí me habían golpeado más fuerte, ver eso era lo menos doloroso.

—Son unos niños, no juego con niños —seguía manteniendo mi oído puesto en la discusión.

—¿Un niño diciendo que no juega con niños? Vaya ironía la de esta criatura.

Me apartó contra mi voluntad y me llevó a la puerta de salida.

—He dicho que no quiero ir —volví a marcar mi poca autoridad sobre él.

—Yo he dicho que deberías ir —insistió mi hermano mayor. Su cara estaba inexpresiva. Yo me hacía el pendejo, pero entendía a la perfección lo que estaba sucediendo, no era ningún niño pequeño y, desafortunadamente, carecía de inocencia en algunos aspectos. Él solo quería que me alejara de la discusión.

—Nos casaremos mañana —a penas logré escuchar desde la puerta de salida. Mi hermana sí que había tomado una decisión. A mi madre no le molestaba realmente el hecho de que mi hermana se fuera a casar. Lo que le molestaba era ya no poder ejercer mucho control sobre la vida de ella.

—¿Crees que funcioné? —desvié la atención de mi hermano mayor, sentándome en la ventana que daba hacia la carretera.

—¿El qué? —supo que nada más trataba de no salir, pero aun así continuó con la conversación.

—Todo esto del matrimonio salido de la nada; mi hermana y su futuro esposo. Ya sabes, ¿crees que funcione?

Para ser sincero, nunca había sido cercado a mi hermana mayor: nuestras pocas interacciones se resumían a: yo tratando sarcásticamente a sus novios y ella enojándose por eso, pero, en ese punto de la vida, donde la estaba mirando discutir por lo que ella consideraba correcto para su vida, en ese punto comprendí que también ella había pasado por cosas similares a la mía.

¿Seguía siendo una desgraciada? Sí, seguía siendo una desgraciada, pero una desgraciada con la cual compartía algunos traumas.

Y no era de extrañarse, quizás su intento de matrimonio solo consistía en una estrategia bien planificada para abandonar la casa de mis padres y alejarse de sus métodos enfermos de manipulación.

Y si eso funcionaba bien: ¿Yo también debía casarme?

La Historia De Royce (✔️)Where stories live. Discover now