Mi segundo año en la escuela

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Esta vez mis súplicas al cielo por aprender a leer se habían ido. Oficialmente era un niño que ya sabia leer. No había nada que pudiese detenerme. Al fin iba a gozar la vida como era debido.

—Para mañana tienen que aprenderse las tablas de multiplicar —el maestro interrumpió mis pensamientos. Mire como dos niñas reían, balbuceando no sé cuántas tonterías.

—¿Y usted para qué quiere tantas tablas? —cuestione, algo afligido. No tenía la capacidad de conseguirle al maestro múltiples tablas, una tarde no sería suficiente, necesitaba más días para eso —. Al menos puede darnos hasta la otra semana. Ese trabajo de las tablas no lo miro muy fácil —continué diciendo.

—Me encanta mirarte emocionado, Jeffry. Por esa razón dejaré lo de las tablas para la otra semana —el maestro me dedico una sonrisa extraña.

El resto de la clase me la pasé pensando donde podía conseguir tantas tablas. ¿No era ilegal pedirles a los alumnos que consiguieran ese tipo de material? No era que me interesaran las clases, la cuestión era que, me había dado cuenta de que te puedes quedar en un grado. Es decir, si haces algo mal... ¡PUM! No pasas de año. Entonces, pues... no quería quedarme en segundo grado.

Solo llegue a casa y fue al jardín, desarme algunas cosas que ya no servían. Parecía imposible reunir la cantidad de tablas solicitadas. Ahí fue donde mi di cuenta. ¿Qué número era "múltiples"? Mi hermano me había enseñado a contar hasta el 500, pero nunca habíamos llegado hasta el número "múltiples"

—¡AGGGG! ¡ROYCE! ¿QUÉ RAYOS ESTÁS HACIENDO? —. La voz horrible de mi padre me desconcentro de mi trabajo por buscar múltiples tablas.

—Estoy buscando algunas tablas —contesté, sin girar a mirarlo.

—No dejes desorden —ordenó. Sabía que mi vida no le interesaba, mi padre no se esforzaba en ocultarlo.

—Bueno

—Estoy hablando en serio —yo no había dicho lo contrario, pero él comenzó a gritar como loco —. No seas inútil, Royce. Quiero que dejes las cosas tal y como estaban.

Inútil era mi culo, no soportaba hasta que yo llegara al baño y se cagaba antes. Acordarme de eso me hizo reír. Vaya que mi cabeza pensaba muchas tonterías.

—Está bien —respondí y cuando mire que mi padre se fue, arrugué la cara.

La Historia De Royce (✔️)Where stories live. Discover now