61. Poder por poder

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Siempre imaginé que mi graduación sería divertida, algo por lo cual mi corazón saltaría de alegría porque al fin terminé lo que tanto me costó lograr pero también por el hecho que podría celebrarlo junto a mis padres. Nunca se me cruzó por la mente que estaría: sudada, raspada, sucia, asustada en medio de aproximadamente diez hombres, de los cuales sólo cinco son de mi confianza.

Pero el dolor físico no me aturde.

Es la expresión de Dierik el que me mata, parece tenso, pero a pesar de eso, mantiene su fiel frialdad en la delantera. John está junto a él, también permanece quieto pero su entrecejo está fruncido y de vez en cuando, de manera disimulada, voltea a ver al Ser. Saúl está del otro lado de Dierik, su respiración es a ritmo, pero a diferencia de sus demás compañeros, él mantiene su mano cerca de su arma y me analiza como si buscará alguna herida grave. Walter mira fijamente a los oponentes frente a él, pero me temo que esta igual de nervioso que los demás, ellos son los únicos del CESE que están aquí, el resto son del bando rival.

Esto es un lío.

- Alesara Klesler Fox - Braulio se acerca cada vez más a mi - me vas a disculpar linda, pero debo decirlo, ahora que te veo mejor... entiendo porqué todos mis soldados quedaron brutos por ti.

- Es preciosa, sí - el aliento de Adrian choca contra mi mejilla.

- Estoy totalmente de acuerdo - asiente el criminal más buscado del momento - en fin, ya tenemos lo que queremos, con su permiso.

- ¡No! - grito mientras intentan empujarme.

Los Leas sacan sus armas.

- ¿Desde cuándo necesitas rehenes para enfrentarte con la ley? - Dierik ríe de una manera siniestra.

- Desde que noté que esta chica te importa demasiado como para defenderla personalmente - explica con una sonrisa de victoria - además, Adrian la quiere, ¿por qué no otorgarle dicho premio?

- ¿Premio? - John bufa aún con el arma apuntándole - es una chica, un humano, no un objeto.

- Ay, sí - Braulio le resta importancia - eso, vámonos. Ah, si piensan en disparar o algo... mejor piénsenlo dos veces, no vaya ser que la chica salga herida.

Vuelven a intentar llevarme.

Yo me niego a dar si quiera un paso, por lo tanto le complico la tarea a Adrian, entre mi forcejeo veo que Dierik me hace una señal, la cual reconozco perfectamente. Quiere que me agache. En cuanto me da la señal, me tiro al suelo y un disparo se escucha, Adrian cae al suelo gritando y sujetándose a un costado del abdomen. Yo corro al encuentro de Dierik, al igual que él y los demás Leas avanzan pero no llego tan lejos como quería.

Otra vez me caen encima.

- ¡Ara! - grita Saúl pero no logra defenderme porque lo atacan los hombres de Braulio.

- ¡Suéltame! - alego mientras intento liberarme del agarre.

Todos estamos luchando contra alguien.

Dierik pelea contra Braulio, algo sorprendente para alguien de una edad algo avanzada, pero lo hace tan bien y lo noto porque al Ser le está tomando trabajo derrotarlo. O quizá sea porque tiene otro encima y, para cereza de pastel, voltea a verme si estoy bien, acción que me encanta pero que lo distrae a más no poder. El hombre que tengo encima me provoca náuseas, volteo mi cara hacia a un lado cuando veo que intenta besarme, ¿es en serio? Pero, solo así, visualizo mi salida, no forcejeo tanto, alcanzo la navaja que tenía él en su fémur y se lo clavo en su garganta.

Me baño en su sucia sangre.

- ¡Ay, guacala! - Saúl finge tener una arcada cuando los dos nos ponemos de pie.

AtracciónWhere stories live. Discover now