44. Venganza

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Entrego mi examen, el último al fin, después de tantos años he llegado al final, ¿cómo podría no estar feliz por ser liberada?, tomo mis cosas y empiezo a salir del salón, despidiéndome en el transcurso del lugar donde espero no volver a entrar. Antes de escribirle a Dierik, necesito ir al baño, estar algunas horas sentada y contestando pregunta tras pregunta me han obligado a ir al sanitario.

Así que me dirijo hacia ahí.

Ha sido una semana divertida, sin tomar en cuenta los exámenes, todo a sido una maravilla, cada día fue diferente y muy especial, me gustó tanto que él se quedara a acompañarme. Estoy en los baños, recordando cada noche, cada tarde que Dierik me tentaba a seguir junto a él y disfrutando uno del otro como mejor sabemos hacerlo.

Fue hermoso.

- Die Hale está saliendo contigo - susurra una voz detrás de mi.

- ¿Perdona? - miro al espejo pegando un salto por lo tan cerca que esta de mi.

Ella no ha mejorado en nada su aspecto.

- Olivia - suspiro secándome las manos y tratando de sonar tranquila - ¿cómo has estado?

- ¿Tan tonta eres? - bufa y sus labios pálidos hacen una mueca - ¿no que le tenías miedo a los hombres?, a quien más debes temerle es con quien te juntas.

- No entiendo - niego.

- Por eso te liberaron antes - sonríe muy raro - pero, ¿a qué costo?

Me siento en desventaja al no entenderla.

- ¿Estás bien, Olivia? - digo mientras frunzo el ceño y queriendo irme.

- Die fue quien abuso de mi - murmulla entre dientes pero alcanzo a escucharla muy claro - pero eso no es lo que provoca mi ira, él permitió que otro hombre me hiciera daño.

Un dolor de cabeza empieza a afectarme.

Es hasta ahora que pienso en ello, recuerdo que las mujeres de aquel sótano tenían miedo a Die, él abusó de ellas y eso me da náusea, sé también que mató a muchas personas pero... ¿Qué diferencia hay entre una violación y una muerte?, nada, no hay ninguna diferencia, ambas acaban con la vida de las personas. Olivia mete sus manos en los bolsillos de su suéter gris holgado, sus ojos opacos con grandes ojeras me miran cuando saca una navaja.

Yo trago saliva pensando en una solución.

- ¿Qué harás? - tal vez son paranoias mías.

- No es justo que muchas estén sufriendo o muriendo mientras tú estas aquí, viva y feliz - afirma.

Ella quiere venganza.

Iba a hablar cuando en menos de lo esperado se me tira encima, me muevo a un lado esquivando el filo de lo que puede matarme, agarro con fuerza su muñeca esperando así controlarla un poco. No gritamos, no hacemos movimientos tan bruscos, al menos yo no, Olivia sigue golpeándome e intentando dañarme, pero lo único que pienso es en el sufrimiento que ella pudo pasar.

Así encuentro la solución.

- Lo mataremos - digo en un susurro cuando la inmovilizo por completo - ¿eso quieres?

- ¿Qué? - me empuja y espero a que vuelva a atacarme, pero no.

- Puedo traerte al animal que te hizo daño, así lograrás saciar tu sed de venganza.

- No puedes hacer eso - niega y hace otra vez una mueca - eres del equipo de Die Hale, ¿por qué me ayudarías?

Ella no quiere a Dierik...

- Porque soy una mujer e intento comprender por lo que pasaste, porque nunca hay que restarle al sufrimiento de nadie - suspiro viendo que ella empieza a temblar.

AtracciónWhere stories live. Discover now