52. Abrumada

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La tecnología aquí parece de otro siglo, los pisos muy bien limpios y sus paredes blancas impecables me dan miedo. Algo irónico, afuera el color es negro pero adentro es blanco. En fin, John me trajo a lo que parece ser una habitación, es de tamaño mediano y tiene un baño propio, según mi guía, estas habitaciones son para emergencia o bien si algún agente recién llegado no tiene un lugar donde quedarse.

Me parece un gesto noble.

- Bien, a juzgar por tu estilo y por lo que me dijo Abraham... - entra a la habitación con ropa decente - esto quizá te guste.

- Gracias - susurro y mi preocupación crece más - ¿ya vinieron?

- Están en una junta en la Torre Sur, no te preocupes - voltea los ojos y deja la ropa sobre la cama - no digas tu nombre, invéntate uno o simplemente di que es clasificado, órdenes de arriba.

- Esta bien - susurro y espero a que salga, ¿órdenes de arriba?, ¿Dierik?, ¿para qué ocultar mi identidad?

Alzo el pantalón para verlo y veo caer algo.

Un toalla sanitaria, bien, esto es casi más vergonzoso que todo lo que pasó ayer, pero se lo agradezco muchísimo. Entro al baño el cual es muy bonito, limpio y un poco lujoso, no tanto como en las propiedades de Dierik pero se nota que han querido mantener el buen aspecto de todo este enorme lugar. Al terminar de cambiarme, volteo a verme al espejo, jeans negros un poco flojos, tenis negros y una camisa negra es lo que uso.

Casi podría decir que algún agente me los presto.

- Oh, perdona - me disculpo cuando choco con alguien al salir de la habitación - no vi al salir.

- No te preocupes, ¿eres nueva? - la chica de cabello rojo vivo ladea la cabeza - soy Cici, bienvenida al CESE central.

- Gracias y... - su sonrisa me motiva a mi corresponderle de la misma manera - creo que estoy solo de visita.

- Ah, claro - se da un golpe ligero en la frente y sonríe - seguro eres una de las que quieren postularse para agente.

No sé qué contestar.

Cici es una chica de casi mi estatura, su cabello rojo cae por su espalda hasta llegar a su cintura. Sus labios del mismo color que su pelo son gruesos, ojos cafés y con una piel clara. Me inspira confianza, sí, pero no sé qué tanto quiere Dierik que informe a los demás, tampoco sé si tuve que salir o no de la habitación pero, sinceramente, quiero ver más de este lugar.

De repente, todos se quedan quietos.

- Agente Meier - un señor de edad media alza su voz al llamar a la chica - me alegra que haya conocido a la señorita, sin embargo, le recuerdo que no está aquí para hacer amigos.

- Sí, Lea - Cici se ha puesto recta y seria, viendo un punto fijo.

Yo quedo asustada.

El señor se planta frente a nosotras, las demás personas que caminaban por ahí de casualidad también están de la misma manera que Cici. Él me estudia, me mira de arriba hacia abajo y siento que en cualquier momento caeré presa del miedo. Pero entonces su atención se dirige hacia la agente, no sé si está enojado o no, pero no muestra ni un sentimiento.

Supongo que así debe ser.

- Bien, agente Meier, así como es buena para hablar espero sea buena para cuidar, será la escolta de la señorita junto al Lea Clark hasta nuevo aviso - ordena el señor y yo solo puedo sentirme culpable - mañana espero todos los archivos que debía entregar hoy, retírense.

- Supongo que sos la señorita, ¿debo llamarte así o tienes un nombre? - vuelve su muy animada actitud.

- A... Ara - murmullo asustada por casi decir mi nombre y veo a todos continuar en lo que estaban cuando el señor desaparece de nuestras vistas - perdona por atraparte en tu trabajo.

AtracciónWhere stories live. Discover now