Notas finales del autor

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Hola, hola.

Esto es mi despedida, de esta historia. Por ahora.

Voy a contarles un poco como empezó todo y los retos que se me fueron presentando en el proceso.

Noticia fuerte: tenía ya iniciados dos proyectos antes de este, los cuales abandone para continuar con esta novela. Esta historia es "la otra".

¿Conocen "Si me dices que no" de Avadraw? Seguro que sí. Bueno, su libro fue publicado más o menos cuando la idea de esta novela se formaba en mi cabeza. No la había leído, pero la simple idea de ambientar una novela en un viaje de carretera, me hipnotizó.

Escribí un relato que pueden encontrar como "Había una vez una Rapunzel que debía morir", repasando "Enredados" de Disney. Me fasciné con ese concepto típico de esta empresa, donde los personajes se enamoran en pocos días. En esta historia en particular se enamoran ¡durante un viaje!

Encontré una especie de fórmula: conversar, encontrar cosas en común, abrirse emocionalmente (el típico "no le había contado esto a nadie") y un toque de atracción mutua.

La cosa es que, previo a los Wattys hice una corrección en la que repasé toda la novela de "Hasta que la curiosidad nos vuelva gatos", donde me reencontré con mis bellos Fayna y Nori, pero también con Michelle y Adam. Me ganaron el corazón.

Tengo una página de Notion llena de ideas detonantes. No sabía si hacer una trilogía, donde la tercera parte fuera el viaje de lo cuatro amigos, una vez que en el segundo libro Michelle y Adam se enamoraran.

Surgió la idea del baile de máscaras porque era algo que también tenía ganas después de leer "De una fuga y otros desastres". Quería ambientar todo un libro (o la mayoría) en una fiesta, como lo hace Taylor Jenkins Reid en "Malibú renace". Después me di cuenta de que el baile no iba a llenar un libro completo y poco a poco fui hilando una trama con la fiesta que quería y el viaje en carretera.

A eso le siguen muchas notas, muchas madrugadas en que me levantaba a anotar una idea que surgió antes de dormir. Pero solo fueron eso: notas. La realidad es que o planeé bastante rato antes de iniciar la novela formalmente.

Tenía los actos principales organizados: baile, noche juntos, viaje con motivo del gato, Santa ladrón, Navidad.

Y ya.

No sabía como resolver el asunto de Santa, ni cómo hacer que se enamoraran, ni dónde pasarían la Navidad realmente.

Me lancé a escribirla con esa vaga idea, pero para mi sorpresa, las cosas fluyeron con la pura personalidad de los personajes, no necesitaba darles instrucciones ni decirles cómo actuar, ellos me los decían a mí. Por muy loco que eso suene.

Uno de mis mayores problemas al inicio era que estos dos son extrovertidos y tienen gustos contrarios a los míos en muchos aspectos (excepto lo swiftie). Fayna y Nori eran más sencillos: libros, comida, introvertidos. Cosas familiares para mí.

Tuve una sensación preciosa de que las cosas se acomodaban en los pequeños baches. Había cosas en mi vida: conversaciones, situaciones o contenidos que consumí en esos días (libros, películas, series). Me guiaban, me daban esa idea que necesitaba para continuar.

En mi escuela hicieron un paro estudiantil (es decir, no había clases), y yo aproveché ese periodo para escribir mucho, sobre todo los días previos a volver. Aunque hice todo lo posible por no bajar el ritmo una vez que volví. Mi mayor pico fue el 11 de noviembre, con 7821 palabras. Para mí es mucho.

Algunos de mis retos se los iba contando en las notas de autor: no saber qué hacer con Santa o sentir que la historia no tenía sentido. Hubo bajones emocionales por pensar que al ser todo muy divertido en realidad no ofrecía una historia de valor. 

Escribí esto para divertirme, no pretendía mucho más. Decidí poner escenas +18 porque me parecía que era natural con la personalidad de los dos, si no se deseaban sería irreal. Algunas situaciones ridículas también surgían de ellos, me divertía. Ser tan entregados en el amor es cosa de ellos, viene de su espontaneidad, puede que en el pasado no les funcionara, pero esa es la magia: encontraron el otro loco con quién pueden ser ellos mismos. 

Recientemente (añado esto desde diciembre 2023), me he dado cuenta como las 4 personalidades de ellos se equilibran:

Por un lado, Michelle obliga un poco a pensar antes de actuar a Adam, que la novela pasada la caga mucho. Ella también es quién en la novela anterior hace todo lo contrario, anima a Fayna (July) a atreverse a más, y a ser sincera con sus sentimientos con Nori.

Del otro lado tenemos al otro más equilibrado: Nori-Bryce, que empuja a Fayna a abrirse poco a poco, ya que sabe exactamente lo que quiere, pero es paciente y comprensivo.

Hay tramas secundarias que se resuelven quizá muy rápido, pero fue la mejor manera que tuve de plasmarlo. Michelle no va a superar sus inseguridades en 4 días, ni la madre de Adam se va a curar en ese tiempo. El epílogo ayuda a dar algunos cierres.

En fin, quiero mucho a mis personajes, y aunque pueda tener inseguridades, no dejo que eso me detenga. Plantearé esta novela para los Wattys (actualización 2023: ¡quedamos finalistas!), luego a las editoriales, y si no la toman, eso no va a detenerme. Autopublicaré para poder tenerlos en papel, en mis manos.

Y espero que ustedes estén allí para verlo.

Pueden seguir mi camino en mis redes.

Sé que estas notas son muy largas, pero prefiero decirlo todo a quedármelo.

Antes de irme les recuerdo que publico muchas cosas relacionadas con libros y mis novelas todo el rato en Instagram. También hay playlist y un montón de cosas más sobre esta novela. Si me dejan una reseña en Goodreads se quedarán un pedacito de mi corazón.


Gracias por estar aquí hasta el final.

Gracias por estar aquí hasta el final

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Hasta que Santa Claus devuelva al gato ✔️Where stories live. Discover now