25. No es competencia

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—Tenemos que irnos

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—Tenemos que irnos. Ahora —ordena July, para después salir del cuarto.

No dice ni una palabra sobre el hecho de que acaba de encontrarme con Adam en una habitación, abrazados. No sé si es un shock muy grande que no logra procesar, o su sentido de puntualidad está opaca la imagen.

Adam se me queda viendo con la boca abierta. No entiende nada y yo tampoco. Tengo que ir detrás de ella para justificar lo que acaba de ver. Cuando salgo le doy un empujón a la estúpida Judas.

—¡Cherry! —la llamo, pero ella no se detiene—. Puedo explicarlo —trato de persuadir. Ella continúa su camino—. Lo que pasa es que Adam se quedó con mi maleta anoche. Yo quería darme una ducha ahora por la mañana, por eso subí a pedirle mi ropa, pero como no la encontraba...

—Deja de mentir —espeta.

—¿De qué hablas?

—Por favor, Michelle —se queja, harta. Por fin detiene su paso y voltea a verme—. Sé que sales con Adam. Los vi antes del viaje —declara.

—¿Cómo? —tartamudeo.

—La noche de la fiesta. Cuando Nori se peleó con su tía, quería llevarlo al departamento para que se tranquilizara. Entré al cuarto y los vi dormir abrazados.

—¿Y por qué no dijiste nada?

Ella se encoge de hombros. Primero luce molesta, pero después su mirada se torna más bien triste.

—Porque pensé que ibas a contármelo en algún momento y estaba dispuesta a esperarlo y fingir sorpresa. Ahora veo que seguías dispuesta a decir más mentiras para ocultarlo —sentencia ella—. Se supone que somos amigas, que nos contamos esta clase de cosas.

Me quedo en medio del pasillo sin saber qué decir. July me observa esperando a que responda, pero me he quedado sin palabras. Ella se harta y se aleja de nuevo. Parece que ya dejé de ser interesante como para que me preste atención, pero no estoy dispuesta a que se vaya con la última palabra.

—¿Y en qué momento querías que te dijera? —Levanto la voz.

—¿De qué hablas? —Ella no regresa, pero al menos se detiene y me mira.

Hasta que Santa Claus devuelva al gato ✔️Where stories live. Discover now