5. Beso a la Taylor Swift

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Besar a Adam se siente muy distinto a lo que yo esperaba

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Besar a Adam se siente muy distinto a lo que yo esperaba. Siempre que beso alguien por primera vez hay una explosión. Es como si detrás de mí hubiera fuegos artificiales esperando a estallar en el justo momento en que cierro los ojos y recibo los labios de la otra persona. Creí que este sería otro de esos besos, pero, en cambio, este se siente como... la calma.

No es el beso de Diario de una pasión que se dan en medio de la lluvia, este es un beso que nunca he visto en una película. Es como un beso de reencuentro, un beso de volver a casa, un beso que me da paz, que me dice que estoy donde debería y me hace querer suspirar al separar nuestros labios.

Según las canciones de Taylor Swift en el 2008 esto no debería gustarme, este es la clase de beso que te da el chico con el que no te quedas. ¡Hace un segundo estaba cantando The way I loved you a todo pulmón y me la creía por completo! Pero ahora me parece que ella se equivoca —lo siento, Taylor, pero es así—, porque este beso no-explosión se sintió mucho mejor que cien besos bajo la lluvia.

Adam me besa lentamente, como si tratara de conocer un nuevo aspecto de mí con cada pequeño movimiento, como si mis labios no fueran dos simples pedazos de piel, sino un mapa. Su beso dice: «quiero conocerte» y no «quiero devorarte», y un beso de devorar es bueno, pero este me hace sentir que aún queda mucho por explorar.

De alguna forma que no logro entender, esto sigue siendo mil veces más sexi. No necesita pasar sus manos por mi cuerpo como si se muriera por tomarlo, solo requiere de esa mano que tiene en mi barbilla y la otra en la cintura. La de la cintura me sostiene cerca de su cuerpo, sin aprisionarme, pero manteniéndome cerca. La otra sostiene mi rostro cerca del suyo, y con el roce de sus dedos en mis labios entre beso y beso, me está volviendo loca, más de lo que sabía que podía estar por alguien.

A mí también me basta con poner una mano sobre su pecho para sentir su corazón latir, y doblar los dedos cada vez que siento que me sobrepasa, que quiero más.

Pero se supone que no iba a sentir esto, que no iba a volver a colgarme por un chico así. Tal vez él finge que no sabe quién soy para luego despreocuparse por las consecuencias mañana. Me acabo de prometer que esto no iba a pasar de nuevo. No puedo dejarme llevar. Aprovecho uno de los intervalos entre besos para usar la mano que tengo en su pecho como palanca y alejarme de él.

Hasta que Santa Claus devuelva al gato ✔️Where stories live. Discover now