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Lust miraba desde el ventanal de la habitación, el cielo empezaba a anaranjarse por el horizonte mientras las nubes tomaban un hermoso tono rosado. Últimamente se quedaba más tiempo mirando la ventana, sin pensar en nada más que las monótonas pero lindas vistas. Ni si quiera sabía que hacer. Le daba miedo la salud de su niño, pero no quería pasar n un momento más en esa cárcel lujosa. Ya lo tenía claro, no pensaba perdonar a Horror. Le había hecho la cosa más horrible, le quito la persona más importante en su vida. Y aún peor, ni si quiera había intentado ganarse su apoyo de nuevo, solo se dedicaba a llorar y quejarse constantemente ¿En serio eso era amor? ¿En serio eso era cariño? Parecía más dependencia, y eso más sus malas conductas, en verdad nunca fue un verdadero buen alfa. Tanto tiempo le dejó mirar más de cerca su relación con Horro de forma objetiva, y debía decir que no era la mejor. Tal vez le daba lujos, y incluso algún que otro mimo. Pero no llegaba a preguntarle que tal su día, si se encontraba bien, si quería hablar de algo. Lo trataba más como su puta mimada que como una pareja, y saber que seguramente así lo veía durante su relación le partía aun más el alma.

Fijó su vista a las calles, intentando disipar sus pensamientos en la tranquila gente que pasaba por las carreteras. La mansión tenía bastante más terreno del que utilizaba, por lo que se veía desde lejos, aun así, se sentía como ser el narrador de historias cotidianas de gente normal. También en los coches, la mayoría lujosos con lindas y pequeñas familias dentro ¿Cuántos de ellos serían omegas? ¿Madres? Estaba claro que a ninguno de ellos se les quito el derecho de ser padres.

Giró de nuevo su cabeza, no le gustaba que sus pensamientos siempre derivasen en eso. Debía superarlo, ser fuerte, y encontrar una forma de salir de ahí. Aún le debía a Killer conocer a su sobrino, y por mucha que nunca le pidiese muchas cosas al mundo, le debía poder ver a su propio hijo.

Iba a irse de la habitación, hasta que escuchó una especie de derrape en las calles. Al bajar la mirada vio varias furgonetas aparcando en medio de la carretera, cortando el trafico, obligando  los coches a girar hacia otra carretera secundaria. Se abrieron las puertas de todas las furgonetas, saliendo varias personas ¿Armadas?

Palideció de golpe al ver como toda esa gente armada se aproximaba peligrosamente a la mansión, empezando a disparar a los guardias de la entrada. Venían a atacar, estaba en peligro.

Horror: ¡Lust, hay que irnos!

...

Estaba en el salón, removiendo su chocolate caliente. No tenía mucho que hacer ahora que no tenía trabajo, por mucho tiempo que le pudiese llegar a quitar el cuidar de un embarazado a punto de sacar un bebe de su interior, masajear pies hinchados no era suficiente. Le daba demasiado tiempo para pensar, sobre todo por la noche i tardes cuando el embarazado dormía. Pensar en su pasado, su futuro, y su presente ¿Debía volver? ¿Buscar otro trabajo? No, no se imaginaba en otro lugar, con otro jefe. No quería admitirlo, pero echaba tanto de menos a Nightmare. Las veces en que lo dejaba quedarse en su oficina, cuando lo ayudaba con el papeleo, cuando se ponían en la terraza de noche a simplemente hablar. Extrañaba esos momentos, y odiaba que solo por ser omega dejase de disfrutarlos. No quería a su alfa como su alfa, lo quería a su alfa como la persona que lo ayudo en sus peores momentos, lo quería como alguien con quien siempre podía contar, lo quería como su ¿Amor? Odiaba admitirlo que lo quería, lo amaba, y odiaba saber que no era lo mismo para el.

Su mente divagaba entre recuerdos que atesoraba con cariño y pensamientos nocivos, hasta que algo lo interrumpió. Un grito estruendoso lo sacó de su mente y le hizo levantarse al segundo.

Killer: ¡¿Geno?!- Empezó a subir las escaleras como loco, pensando que se había hecho daño-

Geno: ¡Por dios Killer ven de una vez!- Gritó de vuelta desde su habitación-

Al entrar vio a Geno en el suelo, agarrando su estomago como su fuese la ultima cosa del mundo. Llevaba una bata ancha ya que su estomago ya estaba enorme, y debajo de sus piernas se encontraba un charco de agua blanquecina.

Killer: ¡Mierda! ¿¡Ya has roto aguas!?- Por dos micro segundos se alivió, hasta que recordó que eso era otro momento de estrés no negativo-

Geno: ¿¡Que crees imbécil!? ¡Corre antes de que el bebe salga!- Como beta, nunca pensó que estar embarazado podía ser tan estresante. Y como hombre, no quería que el bebe saliese por donde técnicamente entró-

Rápidamente tomó a Geno desde el suelo como princesa, por suerte estaba lo suficientemente fuerte para aguantar un futuro papa demasiado saludable y un bebe de seguramente 4 kilos. Rebusco dos segundos en la habitación hasta poder pillar una bolsa blanca, la cual llevaba todas las provisiones. Bajó hasta la calle y llamó un taxi.

Desde los asientos Geno tomó su mano y la apretó tan fuerte que casi grita de dolor. Así los dos siguieron hasta el hospital, donde, con suerte, sabiendo su situación delicada como beta embarazado tardaron 0.5 segundos en acapararlo y llevárselo a cirugía.

Killer, por su lado, ya aliviado de que Geno y su bebe estaban en buenas manos, se sentó en las sillas del pasillo. Escuchó a Geno gritar antes de que, seguramente, le pusieran la anestesia. Un parto debía ser duro, y al pelinegro le dio un escalofrío al pensar que el podría terminar igual o peor en su futuro parto.

...

Doc: Señor ¿Es usted el numero de emergencia del señor Geno?

-: Por supuesto ¿Ha habido algún problema con el embarazo?- Contestó la voz preocupada-

Doc: No, pero ya esta de parto, la cirugía ha empezado así que debe venir para los papeles del niño y las cuotas de la cirugía.

-: Entendido, iré enseguida

Doc: Por cierto, ha venido otro chico con el beta ¿Es acaso el padre?


Un simple omegaWhere stories live. Discover now