Apenas llegaron a la habitación de Lyn, Marseus cerró la puerta, y lo tomó de la cintura, y en apresurados pasos en reversa, lo dirigió hasta su escritorio. Solo le bastó hacer un mínimo esfuerzo para cargarlo y sentarlo sobre la mesa, y así al fin, reanudar el beso que tanto habían contenido.
Lyn enroscó sus brazos alrededor del cuello del capitán, sin la menor intención de soltarlo mientras correspondía aquel ávido beso que con cada instante que sucedía, solo le hacía tener más y más ganas de él.
Fue cuestión de muy poco tiempo para que empezaran a abandonar cualquier noción de la decencia entre sus besos, probando cada vez más lejos sin detenerse. Si Lyn podía pensar en algo en ese momento, era que no se iba a permitir dejarlo ir jamás. Quería todo de él, y a su vez, le dejaría tomar todo de sí mismo.
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Almas de cristal
FantasyCualquier acto atroz te condena a la destrucción, y enamorarse puede ser letal. Conoce el mundo donde mueren las estrellas fugaces, y en su lugar, nacen los seres de cristal. ¿Has escogido a cuál de los tres reinos defenderás? ✨✨✨ Historia con temát...