Cuarenta

966 136 55
                                    

Dara se había imaginado lo peor cuando encontró a Ahree visitándola, y no pudo evitar cerrar su puerta con su cuerpo, y apoyarse contra esta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Dara se había imaginado lo peor cuando encontró a Ahree visitándola, y no pudo evitar cerrar su puerta con su cuerpo, y apoyarse contra esta.

—Su Majestad...

—No voy a hacerte daño, Dara —declaró el rey con calma, y ciertamente, por la ausencia de Cælum fue capaz de creerle, pero aun así no iba a invitarlo a su casa.

—¿Qué es lo que quieres?

Ahree se preguntó si tenían que pasar de las cortesías tan rápido, y sobre todo cuando llevaban muchísimo tiempo ignorando la existencia del otro, pero no podía culparla si se sentía tan tensa a causa de su relación con Cælum. Después de todo, él le había permitido ir tan lejos.

—Es un poco largo...

—No importa, tenemos tiempo —insistió su antigua compañera a la defensiva.

—No, no hay tiempo, Dara —suspiró el rey—. En verdad lo siento. Si solo lo hubiera sabido un poco antes...

—Jamás quise que tú y Cælum supieran dónde estaba —aclaró la mujer muy seria, pero temía que lo que Ahree tuviera para decirle fuera tan importante como para hacerlo salir del palacio, incluso sin la protección de ningún guardia.

Aún renuente a la idea de dejarlo pasar, decidió llevarlo a través de las callejuelas de Desyd, entre tantos hogares y comercios. De seguro, era la primera vez que el Rey de Gewër se daba el lujo de pasear por su pueblo, y quería que supiera de primera mano las necesidades que tenían.

Por supuesto que Ahree no lo ignoró, consciente de todas las veces en las que quiso hacer más. Ahora sabía que lo mejor que podía hacer, sería retirarse y dar paso a una mejor opción.

A Dara cada posible respuesta se le había desvanecido cuando entendió lo que Ahree intentaba pedirle.

Ser Reina de Gewër. Algo que alguna vez bromeó con Mira y Zaniah, podía volverse realidad.

Pensó en todas las veces que Mira le había dicho que podría hacer mucho más, y quería hacerlo. Se sentía capaz de ello.

El único problema era que ya era demasiado tarde.

—Incluso si acepto, la guerra ya ha sido declarada, ¿y quieres que me haga responsable por ello? —inquirió con indignación, deteniéndolo—. ¿Quieres que corrija todo lo que el Rey Silas y tú han hecho mal a estas alturas?

Percatándose de que Ahree no se atrevía a responderle, continuó:

—No hay nada que quisiera más que poder cambiarlo todo, y darle a la gente lo que necesita. ¡No sabes lo feliz que fui cuando me seleccionaron como futura guardiana antes de saber la verdad!, pero ya es muy tarde para limpiar tu desastre. ¿En verdad creíste que robando el cristal núcleo de Wölcenn cambiarías algo? ¡Dime en qué han mejorado las cosas hasta ahora!

Almas de cristalWhere stories live. Discover now