Cuando el celular de Emma sonó sobre su regazo, la manicurista le soltó la mano derecha.
—Solo será un momento. —Emma le sonrió a la señora y contestó la videollamada—. Amorcito, espero que también hayas agendado tu cita en el spa.
Colin sonrió cuando la vio recostada en un enorme sillón. Emma tenía una vincha de toalla en su cabello y su rostro brillaba como el mármol en un comercial de artículos de limpieza. Incluso al otro lado de la cámara podían verse sus poros limpios. Dos mujeres le arreglaban las uñas de las manos y de los pies en un ostentoso spa.
—¿Cita? ¿En un spa?
—¡Lo sé! Dije lo mismo. ¿Quién tiene tiempo para una cita en el spa? —rodó los ojos, actuando—. Pero Gillou me arrastró hasta aquí. . .
—¡Era completamente necesario! —interrumpió Gillou desde el sillón de al lado, dos mujeres también le estaban arreglando.
Colin se limitó a sonreír, mientras Emma le contaba:
—Esme también está aquí —volteó el celular para enfocar a Esme, quien estaba en el sillón de al lado. Esme saludó a la cámara con un hola. Colin iba a saludarla, pero Emma prosiguió—: Y Gael, escucha, Gael se está haciendo mani y pedi por primera vez en su vida, y no pudo fingir por mucho que no está relajado —rio, apuntando a Gael con la cámara.
Gael estaba dopado de relajación al lado de Gillou.
—Vaya —dijo Colin. Emma volvió a enfocarse—. Entonces soy el único que no está relajándose en un spa. Amor.
—¿Hm?
—¿Estás ocupada en la tarde?
—Eh... —dudó. La respuesta era sí, pero quería saber porqué él la requería—, sí... ¿Por?
—Por nada.
—Oschner.
Colin sonrió, mirando hacia abajo.
—Está bien, Oschner... —sonrió más, y alzó su vista para verla. Emma estaba expectante por lo que sea que le estaba por decir—. Mis hermanos... Cohen nos dio mucha tarea. Querrán ir al depa esta tarde noche, pero no podré atenderlos, aunque quisiera, así que me preguntaba si podías pasar el tiempo con ellos... por mí.
—Cielos, sí. —Sus planes se deshicieron como arena blanca al viento. Le sonrió—. No te preocupes, eh, cancelaré mis planes. . .
—No quiero obligarte a eso —la interrumpió.
—No me obligas, no —lo calmó, con un tono de voz dulce, tranquilo—. Esto es importante. Se me ocurre que puedo llevarlos al bowling —sonrió—. Me encantaría llevarlos a saltar en camas elásticas, pero no puedo arriesgarme a una lesión de último momento —rio.
—Igual... Una bola puede caer sobre tu hermoso pie.
Emma sonrió, se ruborizó, mirando de reojo hacia Gillou.
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Las Cenizas De Emma© #3
RomantikaLa quemaron viva. Y se culpó de todo. La redujeron a cenizas. Y, una vez más, se halló cara a cara con la única persona que podía salvarla: ella misma. Libro #1 Al Estilo Emma Libro #2 El Novio de Emma Libro #3 Las Cenizas de Emma Libro #4 El Ren...